((**Es2.39**)
sacaban siempre una impresión saludable de vida
eterna. Un cuidado muy particular que se había
propuesto don Bosco era el de que pudieran
entenderle el pueblo y los muchachos; por eso
estaba empeñado en que su predicación resultase lo
más popular posible, esto es, que su hablar fuese
correcto, sí, pero al nivel de la inteligencia de
todos. Y que alcanzó este fin a la perfección,
pueden atestiguarlo los que, como nosotros,
tuvieron la fortuna de oírle predicar.(**Es2.39**))
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