((**Es2.364**)
>>Con el deseo de prevenir tales inconvenientes
y de ayudar en cuanto me es posible a esta
necesidad pública, he compilado este librito, cuyo
fin es reducir el sistema métrico a su mayor
sencillez, de suerte que cualquier persona
medianamente culta pueda entenderlo sólo leyendo y
sin ayuda del maestro.
((**It2.485**)) >>Para
su mejor comprensión he prescindido, a veces, de
la propiedad del lenguaje aritmético, ya que mi
única preocupación es la de ser entendido.
>>Me han servido de norma las obras de los
distinguidos profesores Giulio, Milanesio,
Borghino y el tratado de Aritmética publicado por
un Hermano de las Escuelas Cristianas.
>>Como quiera que, para el conocimiento del
nuevo sistema, son de absoluta necesidad las
cuatro primeras operaciones de la aritmética, se
han colocado éstas en primer lugar, de modo que
puedan servir de base para todas las operaciones
del mismo. Sigue, después, un cuadro con las pesas
y medidas antiguas, al lado de las pesas y medidas
que van a sustituirlas, con su correspondiente
relación. Así que bastará aplicar las cuatro
primeras operaciones a la nueva
nomenclatura-métrico-decimal para obtener, con una
simple multiplicación la reducción de pesas y
medidas del antiguo sistema a las del nuevo y
viceversa.
>>Mi finalidad es la de presentar al público un
compendio sencillo, claro y adaptado a la
capacidad de todos; si mis cortos esfuerzos no
llegasen a satisfacer, al menos que sean dignos de
vuestra benévola indulgencia. Bueno es probarlo
todo y quedarse con lo mejor>>.
Juan Bautista Paravía, que tenía imprenta y
librería en los pórticos de la Casa Consistorial
de la ciudad, recibió el manuscrito para
imprimirlo y tenía ya muy adelantado su trabajo a
fines de la primavera. Mientras tanto, don Bosco
se tropezó con una dificultad de cálculo, que no
había previsto. También el profesor Giulio de la
Universidad de Turín, insigne matemático, se
ocupaba aquellos días en estudios semejantes a los
que don Bosco atendía, y enviaba a la imprenta un
pequeño volumen, encargando la edición a Paravía.
Pero también él tropezó con la misma dificultad
que preocupaba a don Bosco.
((**It2.486**)) Ambos,
aún cuando tenían adelantada la corrección de las
pruebas de imprenta, mandaron suspender la
composición. El uno esperaba ver cómo se las
arreglaba el otro para salir del apuro, y seguían
estudiando. Se trataba de hallar no sé qué fórmula
para facilitar la solución de un problema muy
complicado. Iba con frecuencia el profesor Giulio
a la imprenta para informarse de cómo andaba el
(**Es2.364**))
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