((**Es2.333**)((**It2.441**))
CAPITULO XLVII
MAS INTIMACIONES DEL MARQUES DE CAVOUR -SESION
EXTRAORDINARIA DE INTERVENCION -UN AUGUSTO
PROTECTOR -LA POLICIA MUNICIPAL -EL MARQUES SE
RECONCILIA CON DON BOSCO -OBEDIENCIA DE DON BOSCO
A LAS LEYES ESTATALES -SU RESPETO A LA AUTORIDAD
CIVIL.
AUN cuando en el Oratorio de Valdocco reinaban el
orden, la disciplina y la paz, al extremo de no
poder desear nada mejor, el señor Vicario de la
ciudad, el marqués de Cavour, de quien ya hemos
hablado, persistía en la peligrosidad de aquella
reunión de jóvenes y en el deseo de su
desaparición. Así que invitó a don Bosco para que
se presentara a él en su despacho. Quizá los
denunciantes, en su afán de distraer la atención
de la autoridad sobre algunos conventículos
políticos, y convencidos de que don Bosco alejaba
de su influencia a tanta juventud, había acumulado
nuevas acusaciones, nuevas calumnias.
Consiguientemente, el diálogo con don Bosco
resultó bastante serio. Invitó el Marqués a don
Bosco a sentarse y:
-Hay que acabar de una vez, carísimo Abate, le
dijo: y como a usted no le ha parecido conveniente
seguir mis consejos, ahora me veo obligado, para
bien suyo, a hacer valer mi autoridad y exigir el
cierre de su Oratorio.
((**It2.442**))
-Perdone, señor Marqués, respondió don Bosco
serenamente; creo debo repetirle respetuosamente
que no puedo cerrarlo. Me comporto como un buen
ciudadano. Mis muchachos, a la par que les ayudo a
ser buenos cristianos, acaban no solamente por ser
unos buenos ciudadanos, sino que, además aprenden
a leer, a escribir y hacer cuentas.
-Oiga, don Bosco; yo no le he llamado aquí para
que usted exponga sus razones: no me obligue a
emplear la fuerza. Sea más obediente; dé ejemplo a
los ciudadanos de que respeta la Autoridad.
-Yo? Soy obedientísimo, señor Marqués.
-íYa se ve!, observó Cavour con una sonrisa
irónica.
(**Es2.333**))
<Anterior: 2. 332><Siguiente: 2. 334>