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domingos y la novena de este Santo, y participar
de las gracias y los señalados favores que alcanza
siempre a sus devotos>>.
A continuación exponía, para cada domingo y
cada día de la novena, una de las virtudes
principales del Santo, con una oración, una
jaculatoria y una práctica piadosa. Estas
prácticas de piedad o florecillas, substancia,
esencia de los consejos, de las pláticas y de las
exhortaciones privadas que don Bosco daba ((**It2.362**))
continuamente y desde los primeros tiempos a sus
jóvenes, son las siguientes:
-Si vuestra conciencia os reprocha de algún
pecado, pedid sinceramente perdón al Señor,
prometiendo confesaros lo más pronto posible.
-No dejéis la penitencia para la vejez, cuando
ya las fuerzas no podrán soportarla. A quien os
diga que no conviene usar tanto rigor contra el
cuerpo, respondedle: quien no quiere padecer con
Jesucristo en la tierra, no podrá gozar de El en
el Cielo.
-Haced el propósito de no mirar jamás objetos
peligrosos, ni hablar de cosas contrarias a la
virtud de la pureza.
-Tomad hoy la resolución de frecuentar cuanto
os sea posible, los sacramentos de la confesión y
comunión y practicar los consejos del confesor.
-Procurad rezar las oraciones de la mañana y de
la noche ante una imagen de Jesús crucificado, y
besarla con frecuencia. Los Sumos Pontífices
conceden muchas indulgencias a los que besan el
crucifijo. Cuando podáis, haced una visita a Jesús
sacramentado, especialmente donde esté expuesto
para la adoración de las cuarenta horas.
-Haced todo lo posible para dar un buen
ejemplo. Procurad llevar a algún compañero a oír
la palabra de Dios o a confesarse.
-Huid de los malos compañeros. Evitad el ocio,
que ocasiona desgraciadamente tanta pérdida de
tiempo, y empezad hoy una vida nueva que agrade al
Señor.
-Procurad, en adelante, rezar siempre con
devoción y recogimiento las oraciones de la mañana
y de la noche. Durante el día decid alguna
jaculatoria a Dios y a vuestro protector San Luis.
-Pensad todas las noches cuál sería vuestra
suerte, si hubiérais de morir aquella noche.
-En la fiesta de San Luis: ofreced a San Luis
los ejercicios de piedad de ese día para que os
alcance el don de la perseverancia final.
La primera edición alcanzó tres mil ejemplares
((**It2.363**)) en la
tipografía Speirani y Ferrero, y después la
incluyó en El Joven Cristiano.
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