((**Es2.27**)
-Cómo se llamaba?
-Familia Bosco, vulgarmente llamada los
Boschetti. Pero, por qué se conmueve así? Conoce
tal vez a esa familia? Vive aquel seminarista?
Está bien de salud?
-Aquel seminarista, amigo mío, es este
sacerdote a quien usted devuelve ahora mil veces
más de lo que él hizo. Es el mismo que usted ha
traido a su casa y ha puesto en esta cama. La
Divina Providencia ha querido enseñarnos así que
el que bien hace; bien encuentra.
>>Puede cada cual imaginar la sorpresa y la
alegría de aquel buen cristiano y la mía, al ver
cómo en la desgracia, había Dios dispuesto que yo
cayera en manos de un amigo tal. Su esposa, su
hermana, todos los parientes y amigos se alegraron
inmensamente al saber que tenían en casa a aquél,
de quien tantas veces habían oído hablar. No hubo
atención que no se me prodigara. Llegó a poco el
médico, comprobó que no había fracturas, y pocos
días después, pude volver a mi pueblo con el
caballo, que también fue encontrado. Juan Brina me
acompañó hasta casa y, mientras vivió, conservamos
los mejores recuerdos de nuestra amistad.
>>Después de este aviso del cielo, tomé la
firme resolución de preparar mis sermones para la
mayor gloria de Dios y no para mostrar sabiduría y
oratoria>>.
Esta fue la resolución que don Bosco tomó en
aquella ocasión, pero se nos ocurren
espontáneamente unas observaciones muy distintas
sobre este hecho. Ante todo, ícuán fiel es el
Señor en el ((**It2.22**))
cumplimiento de sus promesas! El ha dicho:
<<íDichoso el que se cuida del débil y del pobre!
En día de desgracia le libera Yavéh; Yavéh le
guarda, vida y dicha en la tierra le depara y no
le abandona al ansia de sus enemigos; le sostiene
Yavéh en su lecho de dolor; tú rehaces entera la
postración en que se sume>>. 1
La familia de mamá Margarita fue siempre
generosa y hospitalaria con todo el que pasaba
necesidad. Ningún pobre se retiró de su puerta con
las manos vacias; ninguno llegó a su casa a la
hora de comer, que no fuera invitado a sentarse a
la mesa, con insistentes y cordiales maneras.
Pero, a cambio, experimentó en más de una ocasión
la liberalidad de Dios, que le recompensaba cuanto
hacía por los pobres. Una prueba, entre otras, es
el hecho que acabamos de referir.
Tampoco queremos pasar en silencio esa
característica humildad
1 Salmo XL, 2, 3, 4.(**Es2.27**))
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