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((**Es2.246**) ya bastante bien encaminadas. Extenuado de fuerzas, se vio obligado a retirarse unas semanas a Caltelnuovo, para recuperar su salud. Es taba tan debilitado, que preocupaba a sus amigos. Dejó el Oratorio en manos del teólogo Borel y, acompañado de algunos de los mejores muchachos, abandonó Turín en los primeros dias ((**It2.321**)) de octubre y partió para I Becchi a respirar aire puro. Su hermano José, avisado de la compañía que se llevaba don Bosco, arregló y organizó el henil para que sirviera de dormitorio, preparó, con ayuda de su buena madre Margarita, todo lo necesario para hacer agradable la estancia de su hermano y sus pequeños huéspedes y les dispensó la mejor acogida que pudo. La silenciosa casita se convirtió en aquellos días en morada llena de alegría, una alegría que se renovó durante muchos años, en la época otoñal. Al cabo de algunos días escribió don Bosco al teólogo Borel una de aquellas sus cartas, en cuyas líneas se respira una suave ingenuidad. <((**It2.322**)) El próximo jueves empezaremos la vendimia: por aquí se presenta una buena cosecha, en los pueblos vecinos las vides han sido atacadas por los insectos o por el granizo (Genta y Gamba no me dejan escribir con su bulla). Estoy preparando una buena botella de vino, no para usted, sino para don Pacchiotti. El próximo domingo 1 Rabello, es un juego de naipes con arrastre, es decir, jugando carta, a la que han de servir los demás jugadores. (N. del T.). (**Es2.246**))
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