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((**Es2.209**) El librito terminaba con los versos escritos por Silvio Péllico: <>, con la lista de las indulgencias concedidas a la Asociación, canónicamente erigida en la iglesia de San Francisco de Asís, y con un ejercicio piadoso en honor del Angel Custodio, que don Bosco hizo después imprimir en El Joven Cristiano, y que comenzaba con la siguiente INTRODUCCION: <>Para animar a los fieles a mantener viva la devoción a estos bienaventurados espíritus, destinados por la inefable Providencia para ser nuestros custodios, los Romanos Pontífices concedieron muchas indulgencias a las oraciones que se recitan en su honor, y a las asociaciones instituidas para su veneración. Y, para acrecentar la gratitud y confianza que debemos tener con estos celestiales bienhechores, se redactó la presente obrita en la que ((**It2.270**)) se exponen, en forma de novena, los motivos más tiernos y eficaces que nos deben incitar a defendernos con su santo patrocinio. Dichoso aquél que, después de meditar en los grandes méritos de su Angel, practique los obsequios indicados en estas páginas y llegue a ser su constante devoto: tendrá en su favor una prenda segura de su eterna salvación, ya que, entre las señales de predestinación, reconocen los teólogos y los maestros de espíritu, basados en la autoridad de las Sagradas Escrituras y de los Santos Padres, una tierna y constante devoción a los Angeles de la Guarda. >>Que el Señor bendiga esta obrita y a sus lectores>>. Con este trabajo entendía don Bosco alcanzar de los santos ángeles seguridad, estabilidad y defensa para su Oratorio y para las demás (**Es2.209**))
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