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pintar, en la pared de entrada al nuevo edificio
destinado para los capellanes, la figura de San
Francisco. En segundo lugar, porque el ministerio
que don Bosco había empezado a ejercer con la
juventud, requería mucha paciencia y mansedumbre;
por eso quería él ponerse bajo la protección de un
santo que fue modelo perfecto de esta virtud. Y
una tercera razón le animaba a ello: empezaban a
insinuarse por entonces, entre el bajo pueblo del
país, sobre todo en Turín, varios errores,
especialmente el protestantismo. Don Bosco quiso
por este medio ganarse la protección de este
Santo, para que le obtuviera del Cielo aptitud
especial para llevar almas al Señor, luz y
fortaleza para combatir con eficacia a aquellos
mismos enemigos de los que él había triunfado tan
espléndidamente en su vida mortal, para gloria de
Dios y de la Iglesia y provecho de innumerables
cristianos. Creía, en suma, que el espíritu de
((**It2.254**)) San
Francisco de Sales era el más adaptado a los
tiempos para la educación e instrucción del
pueblo.
Don Bosco conocía minuciosamente la vida y los
escritos de este admirable Apóstol. Ya entonces y
en adelante solía recordar a los jóvenes en sus
charlas alguna máxima o algún hecho del mismo.
Procuraba, sobre todo, presentarles la dulzura de
su corazón, con la que había conducido al seno de
la Iglesia a tantos herejes. <>.
Con la capilla del gran obispo de Ginebra, el
Oratorio se iba encarrilando. Escribe don Bosco:
<>. No es fácil expresar lo que don Bosco
trabajó para buscar personas de buena ((**It2.255**))
voluntad que le
(**Es2.198**))
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