((**Es2.191**)((**It2.243**))
CAPITULO XXVI
UN SUEÑO: LA PASTORCILLA, UN REBAÑO EXTRAÑO, TRES
PARADAS DE UN LARGO VIAJE, LLEGADA A LA META -EL
ORATORIO TRASLADADO AL REFUGIO -LLEGADA DE LOS
MUCHACHOS A VALDOCCO -GRACIOSAS ESCENAS Y
ESTRECHECES DE LOCAL -DOS SALAS DEL HOSPITALILLO
CONVERTIDAS EN CAPILLA -PRIMERA IGLESIA DEDICADA A
SAN FRANCISCO DE SALES -LA FIESTA DEL 8 DE
DICIEMBRE
UN hecho maravilloso infundía ánimo a don Bosco
por aquellos días, indicándole los futuros
acontecimientos. Vamos a narrarlo con sus mismas
palabras, copiadas del manuscrito de sus memorias:
<>Soñé, pues, que estaba en medio de una
multitud de lobos, zorros, cabritos, corderos,
ovejas, carneros, perros y pájaros. Todos juntos
hacían un ruido, un alboroto, o mejor, una
batahola capaz de espantar al más intrépido.
((**It2.244**)) Iba a
huir, cuando una señora muy bien vestida, a guisa
de pastorcilla, me indicó que siguiera y
acompañase aquel extraño rebaño, mientras ella se
ponía al frente. Anduvimos vagando por varios
lugares; hicimos tres estaciones o paradas. A cada
parada, muchos de aquellos animales, cuyo número
cada vez aumentaba más, se convertían en corderos.
Después de andar mucho, me encontré en un prado,
en donde aquellos animales corrían y se
alimentaban juntos, sin que los unos tratasen de
dañar a los otros.
>>Agotado de puro cansancio, quise sentarme
junto al camino vecino; pero la pastorcilla me
insistió que siguiera andando. Después de un corto
trecho de camino me encontré en un patio grande,
rodeado de pórticos y, a cuyo extremo, se
levantaba una iglesia. En aquel momento me dí
cuenta de que las cuatro quintas partes de
(**Es2.191**))
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