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CAPITULO XXV
DON BOSCO ES DESTINADO AL REFUGIO -LA MARQUESA DE
BAROLO -DON BOSCO OBTIENE DE LA MARQUESA PODER
CONTINUAR SU ORATORIO FESTIVO EN EL REFUGIO -EL
TEOLOGO JUAN BAUTISTA BOREL
PASADAS las vacaciones, don Bosco volvió a la
Residencia, junto a su incomparable maestro y
amigo. Nada le dijo éste y nada creyó él
conveniente preguntarle. Después de algunos días,
don Cafasso le tomó aparte, y le preguntó
bondadosamente:
-Por qué no me pregunta su destino?
Don Bosco respondió:
-Porque quiero reconocer la voluntad de Dios en
su determinación, y tengo miedo a poner nada mío:
mándeme adonde quiera, que allá voy enseguida.
-Pues bien; prepare su maleta y vaya al Refugio
1. Allí hará usted de Director del Pequeño
Hospital de Santa Filomena y trabajará con el
teólogo Borel en favor de las jovencitas del
Instituto de la Marquesa Barolo; tampoco dejará
Dios, aun en la obra del Refugio, de darle a
conocer después, lo que usted deberá hacer por los
muchachos.
A primera vista parecía que esta determinación
estaba totalmente en contra de la inclinación de
Don Bosco y el bien de nuestro Oratorio, ya que la
dirección de un hospital, confesar y predicar
((**It2.234**)) en un
centro de educación con más de cuatrocientas
alumnas, como el Refugio, parecía que le iba a
impedir atender a los jóvenes; pero no fue así,
como veremos más adelante.
Antes de continuar nuestra historia, es
conveniente decir quién
1 El Refugio era un asilo múltiple para
muchachas <>, fundado por la marquesa
Barolo. Incluía varios institutos, según el tipo
de <> de las muchachas. (N. de. T.)
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