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((**Es2.179**) año pasado terminó los cursos de moral; durante este año ha hecho de ayudante de clase y de confesor en la iglesia pública. Es hora de colocarle y de que deje su puesto a otro en la Residencia. Si le dejamos ir de vicario a un pueblo, perdemos un sacerdote: tendría un campo muy reducido y no podría hacer el gran bien, al que el Señor lo llama. Vea usted si hay forma de reternerlo con algún empleo en la capital. Es algo necesario. Está dotado de gran actividad y celo; hará un gran bien a la juventud. Está destinado por la Providencia a ser el apóstol de Turín. El teólogo Borel, que ya era amigo de don Bosco, quedó contentísimo de la propuesta y tomó por su cuenta el encargo. Pocas semanas antes, había recibido de la marquesa Barolo encargo de buscarle un director espiritual para el Hospitalillo de Santa Filomena y se apresuró a proponerle a don Bosco. La Marquesa aprobó la elección; pero advirtió que, para recibir a su recomendado, había que esperar todavía los meses que faltaban para habilitar el edificio recién construido. El teólogo Borel insistió: -Conviene tomar en seguida a este joven sacerdote, porque si no, lo mandarán ((**It2.226**)) a otro destino, y ya no se podrá contar con él. Don Bosco es un sacerdote que, a mi parecer, no hay que dejar escapar. Consintió la Marquesa y asignó a don Bosco, a partir de entonces, o sea, seis meses antes de entrar en su cargo, el estipendio de seiscientas liras anuales, mientras, por su parte, el teólogo Borel le cedía, para residir, una de sus habitaciones en el Refugio 1. Mientras se ultimaban los preparativos, se llegó a mediados de septiembre. Don Cafasso, queriendo poner a prueba a don Bosco, le llamó y, como si no recordara el solemne consejo que le había dado unos meses antes, le dijo: -Ya ha acabado usted sus estudios, ahora, a trabajar. En los tiempos que corremos, la mies es abundante. A qué se siente usted más inclinado? -A lo que usted me indique, respondió don Bosco. -Hay tres empleos para usted: vicario en Buttigliera de Asti, pasante de moral aquí en la Residencia y director del Hospital de Santa Filomena, vecino al Refugio. Qué elige? -Lo que usted juzgue conveniente. 1 El Refugio es el Instituto Barolo de hoy, gran colegio de niñas, situado entre la Pequeña Casa de la Divina Providencia (Cottolengo) y el Oratorio Salesiano (Don Bosco). (N. del T.) (**Es2.179**))
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