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que se celebraba ((**It2.199**)) cada
año en la iglesia de San Francisco de Asís. Había
en ella una piadosa asociación, cuyos miembros
pagaban quince céntimos a un cobrador, para este
fin.
Era un folletito de cuarenta y dos páginas con
la Corona, que más tarde se imprimió sola en El
joven cristiano 1 con el Stabat Mater y otras
oraciones rituales, omitiendo las brevísimas
plegarias que seguían a la enunciación de cada
dolor. En éstas se pedía a María Santísima la
gracia de tener siempre fija en la mente la pasión
de Jesús; de verse libre de las persecuciones de
los enemigos del alma visibles e invisibles; de
que todos los pecadores que busquen a Jesús con
actos de verdadera contrición, logren encontrarle;
de poder acompañar a Jesús hasta el Calvario con
las lágrimas de los propios pecados; de obtener de
Dios el buscar con la asidua meditación a Jesús,
crucificado por nuestros pecados; de lavar
continuamente con lágrimas de verdadera compunción
las heridas mortales causadas a Jesús por nuestros
pecados; finalmente, que todos los pecadores
puedan comprender el daño gravísimo del alma que
está alejada de Dios.
En las siete afectuosas meditaciones sobre
estos dolores, que no aparecen en El Joven
Cristiano, se pide a la compasiva Virgen María
saber corresponder a la divina misericordia para
obtener la eterna salvación; que Jesús y María
sean siempre dueños de nuestro corazón; volver a
encontrar a Jesús, si se le hubiere perdido por
causa de las malas pasiones y las tentaciones del
demonio; alcanzar el perdón de María Santísima por
los disgustos que le hemos ocasionado; conocer el
mérito y el gran valor de los sufrimientos; que
nuestro corazón se ablande y llore de verdad
nuestros pecados, causa del martirio de María; que
nuestro último suspiro vaya unido a los suspiros
que María lanzó desde el fondo de su alma en la
dolorosa pasión de Jesús.
((**It2.200**)) El
opúsculo llevaba al comienzo este prólogo:
<>Y para que resulte más fácil el ejercicio de
esa meditación, se
1 En italiano Giovane Provveduto: Fue publicado
en castellano, con el título de: El Joven
Instruido y alcanzó muchas ediciones. A partir de
1939, apareció con el título de El Joven Cristiano
con diversos cambios de las anteriores ediciones.
Tenemos ante nosotros la 15¦, en castellano (N.
del T.).
(**Es2.159**))
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