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Iglesia, a la Santa Sede. Este fue el privilegio
que el Venerable don Bosco os ha dejado como
espléndido y elocuentísimo ejemplo, que Nos mismo
pudimos leer y experimentar en su corazón,
comprobando cómo colocaba por encima de toda
gloria, la de ser un fiel servidor de Jesucristo,
de su Iglesia, de su Vicario.
En aquel mismo año sucedió al difunto don Pablo
Albera en el gobierno de la Sociedad, don Felipe
Rinaldi, el cual cedió su cargo de Vicepostulador
a don Esteban Trione. Posteriormente, ((**It19.73**)) a
principios del año 1924, tuvo lugar el cambio de
Postulador, ya que, habiendo sido nombrado obispo
de Volterra don Dante Munerati, ocupó su puesto de
Procurador don Francisco Tomasetti, a quien
correspondería la suerte de regir el timón de la
gran Causa hasta su triunfal entrada en el puerto.
Los estudios antes dichos se prolongaron hasta
muy adelantado el año 1925. Sólo entonces estuvo
terminada la nueva posición que resultó de todo
ello y que comprendía la informatio, el summarium,
las animadversiones, la responsio y los votos de
los teólogos revisores de los escritos, todo
impreso y encuadernado en un gran volumen con más
de mil amplias páginas. Se entregó un ejemplar a
cada uno de los cincuenta Cardenales, Consultores
teólogos y Consultores prelados que componían el
dicasterio de los Ritos. Una vez pasados cuarenta
y cinco días, después de la distribución, se
reunieron todos ellos en la Congregación
antepreparatoria, llamados a responder si constaba
que don Bosco había practicado en grado heroico
las virtudes teologales, cardinales y anejas.
Se celebró la reunión el 30 de junio de 1925,
según costumbre, en el palacio del Cardenal
Ponente. Ordinariamente en la Antepreparatoria se
sigue adelante, aunque haya algunas objeciones que
no se consideren todavía resueltas; y hasta hay a
veces Consultores que añaden en ella otras nuevas.
Todas las dificultades que queden todavía,
coordinadas por el Promotor General de la Fe, que
lo era a la sazón monseñor Salotti, y hechas
imprimir como anónimas, se pasan al Abogado, para
que las estudie, responda a ellas, forme otra
posición, las entregue para imprimir y presente
copia de las mismas a los Cardenales y Consultores
al menos un mes antes del día establecido para la
Congregación preparatoria.
La Preparatoria se reunió more solito en el
Vaticano, en el aula llamada de las
Congregaciones, el día 30 de julio de 1926. Cada
uno de los presentes, después de haber estudiado
ulteriormente la Causa, dio lectura del propio
voto o parecer; luego, salieron los Consultores.
Ya solos los Cardenales con los Oficiales del
dicasterio, hizo el Cardenal(**Es19.69**))
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