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Y, al llegar aquí, resumamos nuestras
impresiones.
La Missa XIX del maestro don Juan Pagella, en
su complejo, presenta unas propiedades a las
cuales creemos oportuno referirnos todavía
rápidamente, resumiendo, en su complejidad, las
principales características de la figura artística
del ilustrísimo compositor.
Nos parece que cada vez que Pagella traza la
amplia línea polifónica, sirviéndose a un tiempo
de los colores más vivos, se encuentra él en el
ámbito y en la atmósfera más conforme con su
índole en plena correspondencia con los propios
ideales estéticos. De ahí nacen las mejores
páginas ((**It19.424**)) de la
<> como el
Kyrie, el Gloria y el Agnus Dei.
Cuando, en cambio, se propone un plan más
sencillo el cual encuentre la propia eficacia en
la expresividad melódica, que equivale a decir en
la genuina inspiración libre del magisterio de la
compleja polifonía, entonces, aun manteniéndose
dentro de una línea noble y digna, el compositor
queda como encerrado dentro de los confines y los
límites de esa música litúrgica que ha formado y
forma el repertorio más conocido y en uso durante
estos últimos decenios en los cuales hay músicos
egregios que han conquistado la fama, mas sin
lograr elevarse a la esfera de estos ideales
estéticos que en las mejores páginas del mismo
maestro don Juan Pagella, con otros medios y otra
técnica, se descubren, se sienten y se comprenden.
Aún debemos hacer otra observación. La Missa
XIX del maestro Pagella presenta ciertamente
momentos de difícil ejecución, no tanto por su
plan polifónico cuanto por la extensión de la voz
de los sopranos. Ni siquiera Palestrina, a lo que
yo recuerdo, llegó nunca al la agudo, y a
continuación algún difícil gorjeo sobre la e y
sobre la i. El coro salesiano de María Auxiliadora
está ciertamente adiestrado para poder sostener
una dificultad vocal semejante. Pero >>podrán
otros coros hallarse en situación de exponerse a
tan ardua prueba? íLo dudamos!
Aquel lejano día en que el Beato Juan Bosco,
casi inconscientemente, tuvo que componer su
pequeña melodía Ah, se canie en son de júbilo, lo
mismo que en el sueño que le proporcionó la visión
de cómo tenía que ser regenerado el mundo moral
por él, >>presentiría la posibilidad de que la
frase que le salió del corazón y de los labios en
un momento de ingenua y santa alegría, podría, por
arte de un valioso discípulo suyo, podría resonar
en su honor bajo las bóvedas de la Basílica de
María Auxiliadora por él levantada, y más aún en
el alma de los fieles orantes junto a sus restos
benditos elevados a la gloria de los altares?
íCiertamente que no!
Pero en esta hora de gozo espiritual y de
triunfo sin par, desde los inmensos Cielos que
cantan la gloria suprema y eterna del Gran Dios,
escucha él, sin duda, la propia voz a través de
las múltiples voces de sus hijos, mientras,
mirándoles con sonrisa paternal y bendiciéndoles,
repite y exclama: Da mihi animas cetera tolle!
JUAN TEBALDINI
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14
Respuesta dada en nombre del Papa a las
peroraciones y ruegos de los Abogados
Consistoriales para la Causa de don Bosco y de las
otras tres
La causa que habéis dignamente expuesto,
conforme a vuestro importantísimo oficio, es de
tal naturaleza que mueve extraordinariamente el
ánimo del Sumo Pontífice
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