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buenos cristianos y buenos ciudadanos. Será el
apostolado de vuestra vida, el apostolado de la
buena palabra, de aquella palabra buena que no
pretende ser una enseñanza, pero que llega
amigablemente al corazón; y además aquel
apostolado que es el más fácil y el más poderoso,
el apostolado de la oración, a fin de que venga el
reino de Dios...
El día tres de junio fue posible presentar al
Padre Santo una de las obras romanas dirigida por
las Hijas de María Auxiliadora. Se trataba de casi
quinientos chiquitines, niñas y doncellas del
Instituto <> en el barrio del
Testaccio, divididos en escuela maternal,
elemental, profesional, postescolar, oratorio y
asociaciones. El Papa alabó el mensaje con el que
se había anunciado aquella preciosa visita. <>. Al fin,
especificando las personas que entendía bendecir,
se refirió a todas las hermanas y bienhechoras,
que se cuidaban de su salvación espiritual, en
honor de aquel Jesús que manda querer y hacer el
bien a todos, y terminó diciendo: <>. Ensalzó todavía a don Bosco cuando
recibió en Castelgandolfo a un grupo de Hijas de
María Auxiliadora, que acababan de hacer los
ejercicios espirituales. Había en él
representantes de India y de América, hermanas
ancianas, recién profesas y novicias; por lo que
advirtió el Papa que el fervoroso escuadrón
representaba <>. Los ojos paternales de Su
Santidad veían allí presentes, <> 1.
((**It19.318**)) La
presencia de los alumnos del santuario ofreció
repetidamente al Papa la ocasión de presentar la
autoridad y los ejemplos de don Bosco. Los
Hermanos de las Escuelas Cristianas de Irlanda,
los llamados Christians Brothers, le presentaron
ciento sesenta de sus exalumnos, encaminados al
sacerdocio o ya sacerdotes. Después de destacar la
preciosidad de tantas hermosas vocaciones, las
proclamó
1 L'Oss. Rom., 4-5 junio y 9 agosto.
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