((**Es19.26**)
patiens et Dominus Jesus dabit tibi velle et
posse. Cor tuum sit constanter super parvulos et
egenos 1. Y fue su tema la dulce y paciente
humildad de don Bosco y su amor a la juventud
pobre.
Al hablar de la humildad, refirió que, no hacía
mucho tiempo, hablando con un docto y santo Obispo
del Piamonte, ((**It19.19**)) le
había oído exclamar: -Hay que nocer que don Bosco
debió ser muy humilde, puesto que obtuvo que ísus
obras fueran bendecidas!
El teólogo Piano hacía derivar de aquella
humildad, su confiada imperturbabilidad y su calma
perfecta, en las más difíciles circunstancias. Y
narraba con tal motivo:
<>Qué sucedía? Las bóvedas del edificio se
desplomaban. El espanto de los muchachos fue
enorme; pero era mayor la aflicción que
experimentábamos por el dolor que, sin duda,
traspasaría el corazón de nuestro Padre. Mas, nos
engañábamos. Apenas llegó a casa don Bosco,
corrimos a su alrededor a darle la triste noticia.
>>Pensaréis que el rostro de don Bosco se alteró
enormemente? Nada de eso. Levantó los ojos al
cielo y exclamó: -Deo gratias. Gracias, Dios mío,
puesto que sólo ha sido un mal material.
>>Y después, volviéndose a nosotros, añadió:
-Si vosotros sois buenos, Dios nos concederá poder
levantarlo de nuevo.
>>Y así fue>>.
Al hablar del amor de don Bosco a la juventud,
hizo esta digresión. <>Cómo es
posible?, pienso para mis adentros. >>No se dice
que don Bosco es el padre de millares de
jovencitos? >>No consumió su vida por ellos? >>No
fueron ellos los predilectos de su corazón: >>No
fue ésta la misión que recibió del Señor y que tan
fielmente cumplió? Entonces >>por qué está el
padre sin los hijos: >>Le visteis alguna vez por
las escaleras, en los patios o en la calle sin ir
acompañado de muchos muchachos: Lo mismo que se
representa al Venerable José Benito Cottolengo
cercado de pobres, así nuestro don Bosco debe
presentarse rodeado de muchachos, para que
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