((**Es19.25**)
estaba plenamente convencido de que Dios no
permite que el justo vacile eternamente>> 1.
Este discurso tuvo una suerte impensada. Se
imprimió y fue a parar a manos de León XIII. Y
sucedió que un día participaba el Obispo en una
audiencia pública y se colocó a un lado como para
no ser visto, pero el Papa lo reconoció, pidió que
se acercara y le dijo que había leído su discurso,
que le había gustado y que también él pensaba lo
mismo. Monseñor entendió que el Santo Padre aludía
a la opinión, por él manifestada en el mismo, de
que don Bosco caminaba hacia la glorificación de
los Santos.
((**It19.18**)) En
otras iglesias de Italia
En muchas ciudades y pueblos de Italia se
celebraron solemnes funerales por el alma de don
Bosco en el día trigésimo después de su defunción.
El Boletín presentó dos extensos informes de ellas
por orden alfabético, desde mayo de 1888 hasta
enero de 1889, pero la lista es muy incompleta.
Recogemos algunas de las voces más notables que en
ellos se encuentran.
Fue un ex alumno de los tiempos heroicos; el
teólogo Piano, cura párroco de la Gran Madre de
Dios en Turín, quien habló en San Benigno
Canavese, en la monumental iglesia allí levantada
por el Cardenal Delle Lanze 2. Había sido alumno
del Oratorio desde 1854. <>. Al terminar los cursos de latín, pasó al
seminario de Chieri, dieciocho años después de
haber estado allí don Bosco, pero cuyo recuerdo,
asegura él, <>. En una de sus
asiduas visitas al Siervo de Dios había coincidido
con una reunión, que le sugería el tema del
sermón. Había entrado en la habitación del Santo,
precisamente cuando se despedía de dos señoras
francesas a las que había recibido y en cuyas
manos depositaba una estampita de María
Auxiliadora. Con la familiaridad que la presencia
de don Bosco inspiraba a sus hijos, pidióle el
teólogo otra estampita para él; más todavía, tomó
él mismo una de su escritorio y se la puso
delante, rogándole que escribiera en ella unas
palabras. Y don Bosco escribió: Esto mitis et
1 El valioso latinista Padre Angelini, jesuita,
escribió cuatro elegantísimas inscripciones en
latín, en aquella ocasión. (Apend., Doc., 1).
2 Su discurso se conserva inédito en nuestros
Archivos.(**Es19.25**))
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