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labios del Papa con el Oremus propio: <((**It19.272**))
suscitado en san Juan Bosco Confesor un padre y un
maestro para la juventud, y que por su medio, con
la ayuda de maría, has querido hacer florecer en
la Iglesia nuevas familias religiosas, concede, te
lo rogamos, que nosotros, encendidos en el mismo
fuego de caridad, sepamos buscar almas y servirte
a ti solo>>. La ceremonia de la canonización había
terminado. Siguió el Pontifical Papal con la
solemnidad que es única en la soberana Basílica.
El reloj de San Pedro daba las once.
Misa y homilía del Papa
Bajó el Papa del trono y pasó, bendiciendo al
público, a otro trono pequeño preparado in cornu
epistolae. Desde allí entonó la hora de Tercia.
Los alumnos benedictinos de San Anselmo, a los que
estaba confiada la ejecución de las partes
variables de la misa 1, siguieron la salmodia,
mientras Su Santidad, después de ponerse las
sandalias, hacía, como lo hacen todos los
sacerdotes, su preparación. Le asistía el cardenal
Granito Pignatelli de Belmonte, Decano del Sacro
Colegio; estaban preparados para hacer de diácono
y subdiácono los cardenales Fumasoni-Biondi y
Fossati.
Después del canto de Tercia siete prelados
acólitos, con candeleros encendidos, partiendo del
trono, seguidos de otros prelados que debían
servir al altar, giraron procesionalmente en
derredor del altar de la Confesión. Mientras
tanto, el Papa, ayudado por el cardenal Verde,
ayudante a la misa, se había revestido con los
sagrados ornamentos.
Inmediatamente, precedido del turiferario, del
crucífero y de los siete acólitos, del subdiácono
latino, del diácono y subdiácono griegos,
acompañado por dichos Cardenales y seguido por los
Obispos Asistentes al Solio, llegó hasta el altar
para empezar el santo sacrificio. Nótese que los
altares papales de las grandes basílicas romanas,
en los que celebra solamente el Pontífice, están
situados de modo que él no da las espaldas al
pueblo, sino que está frente al mismo.
El Papa, hecha la confesión e incensación,
volvió a subir con ((**It19.273**)) el
mismo cortejo al trono mayor para leer el
Introito, mientras la Capilla Sixtina y pontificia
cantaba el Kyrie de la Missa Redemptionis, a ocho
voces en dos coros, nueva creación de Perosi,
inspirada directamente en la extraordinaria
ocasión. El Padre Santo escuchó a
1 La misa de San Juan Bosco fue compuesta por
don Pablo Ubaldi, salesiano.
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