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((**Es19.221**) Procesión y cortejo papal Pío XI quiso, con un gesto paternal, que los que no habían podido ingresar en la basílica, tuviesen también la satisfacción de ver algo... y al Papa; dispuso, pues, contra la costumbre, que el desfile hiciese un amplio giro desde el portón de bronce por la plaza hasta el centro de la escalinata y que después... subiera poquito a poco hasta el atrio de la Basílica. íQué de novedades en aquella canonización! Hubo todavía otra innovación. La vanguardia de los cortejos papales está siempre formada por los representantes de las Ordenes religiosas, que caminan majestuosamente llevando una antorcha encendida. En cambio entonces, todos ellos, después de desfilar por la plaza y avanzar por la Basílica hasta la Confesión, salieron de allí para alinearse a derecha e izquierda del itinerario y formar escolta de honor al paso del Papa, poniéndose después en movimiento, y formando una especie de retaguardia. Allí iban Hermanos Penitentes, Capuchinos, Mercedarios, Mínimos, Conventuales, Menores de S. Francisco, Agustinos, Carmelitas Calzados, Siervos de María, Dominicos, Monjes Benedictinos Olivetanos, Cistercienses, de Vallombrosa, Camaldulenses, Casinenses, Canónigos Regulares Lateranenses ((**It19.264**)) y del Santísimo Salvador y, por excepción benignamente concedida por el Padre Santo, quinientos Salesianos, representantes de varias Inspectorías y Misiones. Al clero regular seguía el secular: alumnos del Seminario Romano, colegio de párrocos, canónigos y beneficiados de las colegiatas, después los de las basílicas menores y de las basílicas patriarcales, precedidos de las históricas Cruces y de las respectivas capillas musicales que cantaban el Ave maris stella durante el recorrido y el Regina caeli laetare al ingreso en la Basílica, porque la entrada de la procesión en San Pedro empezó mucho antes de que el Papa saliese de sus apartamentos privados. Cerraban esta procesión los oficiales del Vicariato de Roma, con el Monseñor Vicegerente; los consultores, oficiales y prelados de la Sagrada Congregación de Ritos. Inmediatamente después iba el estandarte de don Bosco. A su aparición estallaron inmensos aplausos y estentóreos gritos de Viva don Bosco, que se prolongaron y multiplicaron por toda la plaza, acompañándolo hasta que desapareció dentro de la Basílica. Sostenían la tela del mismo, de acuerdo con una antigua costumbre, los Hermanos de San Miguel in Borgo y hacían escolta de honor el Rector Mayor con su Consejo, el Procurador general y el Postulador de la Causa don Francisco Tomassetti, y los representantes (**Es19.221**))
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