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CAPITULO XI
REASUNCION DE LA CAUSA
LOS triunfos de la beatificación, los festejos
mundiales que inmediatamente los sucedieron, los
frutos espirituales extraordinarios que de ellos
se derivaron, el aumento de la devoción al Beato y
toda una floración de gracias prodigiosas que se
daban por seguras, obtenidas por su intercesión,
eran cosas que estimulaban a pedir la reasunción
de la Causa. Así se llama en lenguaje oficial la
renovación de la Causa de un Beato, con el fin de
llegar a la canonización y consiguientemente a la
universalidad y perpetuidad del culto.
Canonización es una palabra que se deriva de
canon, término griego que etimológicamente
significa regla y que se ha usado en la Iglesia
con varios sentidos, entre ellos el de catálogo de
los libros inspirados y, desde el siglo XII,
también el de catálogo de los Santos. Con el hecho
de la canonización el Papa declara que un Beato
reina en la gloria eterna y, por ello, manda a la
Iglesia universal que le rinda culto de
veneración. Tal sentencia constituye un efecto del
magisterio infalible del Romano Pontífice, puesto
que él define y manda como maestro de la Iglesia
universal, en virtud del poder que le confiere
Jesucristo, del que es Vicario. Se trata en suma
de una definición ex cáthedra.
El Postulador, don Francisco Tomasetti,
interpretando y secundando el deseo del Rector
Mayor y de los Superiores, no perdió tiempo.
((**It19.225**)) En
efecto, a principios del año 1930 presentaba una
instancia en la Sagrada Congregación de Ritos, a
fin de que en la primera reunión ordinaria se
pudiera presentar y discutir la propuesta de la
reasunción. Su deseo fue escuchado y produjo
resultado satisfactorio, como lo confirma la
respuesta formal del diez de febrero.
Mientras tanto era preciso obtener con presteza
cierto número de cartas escritas por personajes
distinguidos, que avalasen la petición, para
presentarlas al Padre Santo, a fin de que él
firmase el mandato de la reasunción. En poco
tiempo se juntaron más de las que se necesitaban;
se eligieron sólo las doce que parecieron más
importantes, que fueron: las de los cardenales
Gasparri, Hlond, Schuster, Capotosti; la
(**Es19.190**))
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