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peregrinos, al entrar por la mañana en la
Basílica, no habían visto qué hacía allí aquello,
cubierto por una gran tela, que se quitó después
al entonarse el Te Deum.
A pesar de las prisas por llegar cada cual a su
residencia, >>quién no se detuvo a contemplar la
resplandeciente pintura? Se veía a don Bosco
dentro de una aureola luminosa subiendo al cielo.
De las nubes que lo rodeaban salían tres ángeles,
los cuales le acompañaban con las alas desplegadas
celebrando la subida. Abajo, a los lados, se
levantaban dos iglesias, la del Sagrado Corazón de
Jesús en Roma y la de María Auxiliadora en Turín,
sobre la cual se veía caer un ramito de rosas. En
seis exámetros latinos se leía: Al entrar en el
templo, venera a don Juan Bosco, a quien Pío XI,
reinante en la Ciudad Santa, inscribió ritualmente
en los fastos de los Beatos. Pídele que libere a
la juventud del infernal enemigo y proteja a
Italia, que, restituida a Cristo, dé al Rey
inmortal el debido honor 1. La frase reddita
Christo aludía a la Conciliación, por la que el
Papa había asegurado públicamente haber devuelto
Dios a Italia e Italia a Dios.
El dos de junio por la mañana contempló el
colegio de Valsálice una multitud todavía mayor
que la de los días anteriores. Presentáronse a la
hora de la beatificación muchísimos exalumnos que,
por razón de trabajo o por otras causas, no habían
podido hacer frente a los gastos que suponía el
viaje a Roma; asistieron allí a una función
religiosa y rezaron por vez primera a su gran
Maestro, como se reza a los Santos del cielo, y
pidiéronle su intercesión. Era la hora en que
resonaba por el cielo de Turín y de la
archidiócesis el alegre concierto de las campanas,
anunciando que la Iglesia contaba con un nuevo
Beato, que era don Bosco.
((**It19.146**)) Es
costumbre que en las beatificaciones baje el Papa
por la tarde a San Pedro para venerar a los nuevos
Beatos; así que, a las cuatro, sólo habían podido
entrar en la Basílica las personas provistas de
tarjeta de invitación. El Maestro de Ceremonias
había hecho imprimir sesenta mil, las cuales se
habían acabado en los días anteriores, y fueron
muchísimos, especialmente de Roma, los que se
quedaron sin ella. Hubo una indescriptible
asistencia, al extremo de que fue preciso
1 Ingrediens templum Bosco venerare Ioannem,
Quem Pius Undecimus sancta regnator in urbe
Rite Beatorum fastis adscripsit et ipsum
Exora, ut Stygio tueatur ab hoste inventam,
Protegat Italicam gentem, quae reddita
Christo
Huic inmortali Regi det munia laudis.
(**Es19.127**))
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