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((**Es19.125**)milagros , sólo quedaba por discutir una cosa, a saber, si el Ven. Siervo de Dios podía ser nombrado Beato. La duda fue presentada por nuestro querido hijo Alejandro Verde, cardenal de la Santa Iglesia Romana, en la Congregación General tenida en nuestra presencia el nueve de abril del corriente año, y todos los que intervinieron en ella, lo mismo Cardenales que Consultores de los Sagrados Ritos, dieron unánimemente respuesta afirmativa. Mientras tanto, por tratarse de asunto de tal importancia, diferimos Nuestro juicio hasta haber pedido a Dios con viva oración el auxilio de las luces celestiales. Y, habiéndolo hecho con gran fervor, por fin, el tercer domingo de Pascua, después de haber ofrecido el santo sacrificio, presentes nuestros queridos hijos el cardenal Camilo Laurenti, Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos, y el cardenal Alejandro Verde, Ponente de la Causa, y, además, los queridos hijos Angel Mariani, Secretario de la Congregación de Ritos, y Carlos Salotti, Promotor de la Fe, sentenciamos con Nuestra autoridad que se podía proceder con seguridad a la solemne Beatificación del Venerable Siervo de Dios Juan Bosco. Así las cosas, cumpliendo los deseos de toda la Sociedad de S. Francisco de Sales y de las Hijas de María Auxiliadora, y de todos los Cooperadores y alumnos Salesianos, con Nuestra Apostólica Autoridad, de acuerdo con la presente carta, ((**It19.143**)) damos la facultad de que el Ven. Siervo de Dios don Juan Bosco, sacerdote secular de Turín, sea llamado de hoy en adelante con el título de Beato: y que su cuerpo y sus reliquias, aunque todavía no se lleven solemnemente en procesión, sean expuestas a la pública veneración de los fieles, y sus imágenes sean adornadas con diadema. Además, concedemos con Nuestra misma Apostólica Autoridad que se rece su Oficio y se celebre cada año la Misa de Communi Confessorum non Pontificum, con las oraciones propias por Nos aprobadas, según las Rúbricas del Misal y del Breviario Romano. Pero sólo concedemos el rezo de este Oficio y la celebración de la Misa para la archidiócesis de Turín, donde el Siervo de Dios nació y murió, y en los templos y capillas de todo el mundo, de las que se sirven los Religiosos de San Francisco de Sales y la Congregación de las Religiosas o Hijas de María Auxiliadora, por todos los fieles que tienen obligación de rezar las horas canónicas y, en lo que atañe a la Misa, por todos los Sacerdotes seculares y regulares, que acudan a las iglesias en las que se celebra la fiesta del Beato. Por último, damos la facultad de celebrar la solemnidad de la beatificación del Ven. Siervo de Dios Juan Bosco en dichas iglesias, en los días a señalar por la legítima Autoridad, dentro de un año, servatis servandis, desde la celebración de la solemnidad en la Patriarcal Basílica Vaticana. No obstante las Constituciones y Ordenanzas Apostólicas y los Decretos sobre el non cultu y cualquiera otra disposición. Queremos también que a las copias de las presentes Letras, aunque fueran impresas, con tal de que están firmadas de puño y letra por el Secretario de dicha Sagrada Congregación de Ritos, y con el sello del Prefecto, se les preste, aun en las discusiones judiciales, la misma fe que se prestaría a Nuestra voluntad expresada con la presentación de estas Letras. Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el anillo del Pescador, a 2 de junio de 1929, octavo año de Nuestro Pontificado. P. CARO. GASPARRI Secretario de Estado (**Es19.125**))
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