((**Es19.114**)
pública resultaba un poco prematura; pero nadie la
había previsto, ya no se podía cortar la
corriente, y el Promotor de la Fe cerró sus dos
ojos.
Mientras tanto, según se iba acercando la fecha
de la beatificación, las comitivas de peregrinos
extranjeros que se dirigían a Roma, se detenían en
Turín de tren a tren; cuando podían, llegaban a
Valdocco, donde se oían los saludos y voces
alegres en distintos idiomas, y muchos subían
hasta Valsálice. Todos los días salían para Roma
Salesianos, procedentes de los Estados de ambos
mundos y de los países de misiones. Eran en su
mayoría Inspectores y Delegados de todas las
inspectorías, llegados a Italia para tomar parte
en el Capítulo General de la Sociedad Salesiana,
que debía celebrarse en Valsálice en el mes de
julio. Durante el viaje a la ciudad eterna se
encontraban con grupos de jóvenes, enviados a
representar a sus compañeros desde cientos de
colegios y oratorios festivos; sólo la Casa Madre
de Turín envió doscientos cincuenta alumnos
internos y ciento veinticinco oratorianos. Entre
los Salesianos que se veían en Roma llamaban la
atención los Prefectos, Vicarios Apostólicos y
Obispos residenciales de Italia, de América y de
las Indias. El Cardenal Salesiano Augusto Hlond,
arzobispo de Gniezno y Poznam y Primado de
Polonia, fue por avión desde su sede y aterrizó en
el campo de aviación junto a Roma. Ningún Príncipe
de la Iglesia había ((**It19.129**)) hecho
nunca un vuelo tan largo. Los amigos romanos
tributaron un jubiloso recibimiento a don Felipe
Rinaldi, tercer sucesor del Beato. La atención
universal se dirigía a Roma, cuya prensa se
ocupaba ampliamente de la próxima beatificación,
atribuyéndola un carácter de importancia mundial.
Dejamos, pues, que el peregrinar de los devotos
a Valsálice prosiga con ritmo ininterrumpido hasta
su triunfal traslado, y nos vamos también nosotros
a la capital del mundo católico, para ver las
cosas más notables que precedieron, acompañaron y
siguieron al glorioso suceso.
(**Es19.114**))
<Anterior: 19. 113><Siguiente: 19. 115>