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ida. No podía más, pero se mostraba de buen humor.
Le dijo a Viglietti que, mientras lo colmaban de
honores, él rumiaba para sus adentros la célebre
frase: Quam parva sapientia regitur mundus! 1.
La memoria del acontecimiento se conserva en un
opúsculo elegante, que contiene, además del
informe de la sesión extraordinaria, el discurso
del presidente y la breve charla de don Bosco
traducida al español 2. Los periódicos se
encargaron de dar a conocer el hecho.
VIERNES, 16 DE ABRIL
Presentaron a don Bosco un chiquillo con el
brazo en cabestrillo que no podía levantarlo ni
moverlo; así lo tenía desde la infancia. Los
padres suplicaban a don Bosco que bendijera a su
hijo. Don Bosco lo bendijo; después le mandó que
moviera el brazo y juntara las manos diciendo:
-íMaría, ayúdame!
El chiquillo obedeció. Era el principio de su
completa curación.
Por tercera vez volvía el capellán de las
Hermanas de Loreto a pedir a don Bosco que fuera a
consolar a la Superiora del monasterio, aquejada
de un cáncer, y que no deseaba más ((**It18.87**)) que
verlo antes de morir. Ya le había hecho responder
que pasaría a verla, si podía, y que, mientras
tanto, le enviaba una medalla de María
Auxiliadora.
El muchacho Medina, barcelonés y pobre, tenía
un dedo gangrenoso y los médicos se disponían a
amputárselo. Le presentaron a don Bosco y éste lo
bendijo. De momento no experimentó ningún cambio;
pero, durante la noche, se le secó la llaga y el
dedo curó del todo. Poco tiempo después, lo aceptó
don Juan Branda en el colegio, donde permaneció
sólo unos meses, porque pasó luego a los Maristas
y, en el 1890, cuando el Director contó el hecho a
Lemoyne, estudiaba teología.
1 El canciller sueco Oxenstiern dijo a su hijo
que no quería aceptar por timidez el cargo de
primer plenipotenciario de Suecia en el Congreso
de Münster (1648) (Capital de Renania del
Norte-Westfalia): Videbis, fili mi, quam parva
sapientia regitur mundus (verás, hijo mío con qué
poca sabiduría se rige el mundo).
2 Acta de la Sesión solemne celebrada el 15 de
abril de 1886 por la Asociación de Católicos de
Barcelona para imponer la insignia de la
Corporación al ilustre y venerable presbítero,
señor don Juan Bosco, Fundador de los Talleres
Salesianos, Barcelona. Tipografía Católica,
1886.(**Es18.83**))
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