((**Es18.724**)
Cooperadora Salesiana y es, sin embargo, promotora
de las Lecturas Católicas y con la limosna de 50 L
(?), >>hace falta más? No ciertamente. En esta
asociación no hay ninguna obligación. Todo es
voluntario y no hay sombra de culpa, si no se
hace. Permita, pues, que la inscribamos entre los
Cooperadores en los cuales figura el mismo Padre
Santo y otras señoras romanas.
Dios la bendiga y le conceda salud, vida feliz
y el precioso don de la perseverancia en el bien.
Añada la caridad de rezar por mí y por mis veinte
mil muchachos y créame en J. C.
Roma, 23 de enero de 1878 (Torre de'Specchi,
36).
Seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D. Si por cualquier motivo determina alguna
vez que se borre su nombre de los cooperadores,
dígamelo y se hará inmediatamente.
((**It18.858**))
VIII (el original en francés)
Carta de don Bosco al señor Rostand, presidente
de la Sociedad Beaujour
Don Bosco escribió la minuta de esta carta y
después se la entregó para actarla en limpio al
conde Cays, que había ido con los Superiores del
Capítulo a encontrarse con don Bosco en el colegio
de Alassio. El Santo procedía de Francia y debía
seguir viaje directamente a Roma.
Alassio,
7 de febrero de 1879
Señor Julio Rostand:
Terminado nuestro trabajo, no pude, puesto que
usted se encontraba en París, presentarle mis
respetuosos saludos y agradecerle la bondad, o
mejor, la caridad que ha querido hacernos. Nuestro
agradecimiento será eterno, y los muchachos
internos dirigirán cada día una fervorosa plegaria
al Señor para que le recompense según su divina
promesa.
En mi viaje he pasado por St.-Cyr, donde me he
encontrado al abate Vincent que nos esperaba como
el maná del cielo. Tiene consigo sus cincuenta
huérfanos, que le hacen aumentar las deudas cada
día. Ha firmado sin dificultad nuestro compromiso
diciendo que, a partir de ahora, no haría ningún
gasto más sin avisarnos. Entre los muchachos hay
veinticuatro que todavía no han cumplido los diez
años: tienen dos, tres, cinco y seis años; y, como
a esta edad necesitan ante todo una asistencia
realmente maternal, hemos acordado que debía
enviarlos a sus padres. La granja tiene noventa
hectáreas. La tierra es buena, pero está cubierta
de grama. Faltan pastos, prados y ganado.
En La Navarre va todo mejor. Ya hace siete
meses que envié dos sacerdotes y cuatro clérigos
de aquí, que atienden a unos cincuenta muchachos,
algunos de los cuales van a clase o aprenden un
oficio, y otros trabajan en el campo a las órdenes
de capataces. Se han comprado ya cincuenta cabezas
de ganado, pero son muy poco
(**Es18.724**))
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