((**Es18.723**)
V (el original en francés)
Estancia de don Bosco en Aviñón el
año 1883
El padre jesuita Víctor Vieille escribía el 12
de abril de 1883 desde Aviñón a monseñor Miguel
Rosset, obispo de San Juan de Moriana, en Saboya,
y le daba esta noticia sobre el paso de don Bosco
por aquella ciudad:
Hemos recibido la visita de don Bosco, que se
dirige a Lille. Este santo sacerdote ha producido
en Aviñón una profunda impresión. Se hospedaba en
casa del señor Miguel Bent, donde se vio asaltado
durante todo el día por una inmensa multitud que
iba a pedirle consejo, oraciones, la salud para
ellos o para sus familiares. También en este siglo
ejerce una atracción irresistible la santidad.
VI
Don Bosco en Francia
El salesiano Rvdo. Franco ha traducido este
párrafo del periódico St.-Andrew's Magazines, de
febrero de 1912.
Estaba don Bosco ya muy viejo y ciego cuando
tuve el privilegio de asistir a una de sus
actuaciones en el Sur de Francia.
((**It18.857**)) Hacía
él por entonces una serie de visitas a diversos
centros para recaudar fondos con los que mantener
y desarrollar sus numerosas obras. Después de un
ardoroso discurso muy conmovedor por su elocuente
sencillez y su ardiente celo tan personal bajó del
púlpito, guiado por uno de sus huerfanitos y
empezó él mismo a recoger la limosna por en medio
de toda la iglesia abarrotada de fieles, los
cuales movían sus sillas a su lento avanzar para
dejarle paso, como se suele hacer en las iglesias
francesas en el momento de la colecta.
Los donativos que había pedido en su caluroso
discurso fueron hechos con generosidad y casi
ninguno, en medio de aquella multitud, podía
mirar, sin sentirse profundamente conmovido, el
rostro de aquel santo sacerdote y gran filántropo:
en él se reflejaba su alma grande y no con rasgos
escultóricos, sino con una especial belleza
espiritual lograda con extraordinaria energía.
En su rostro reinaba una expresión de calma,
mansedumbre y humildad que resaltaba desde
aquellos ojos recogidos.
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VII
Carta a la condesa Teresa
Mastai-Ferretti
Conserva el original su hija, la condesa
Belgard, en Livorno.
Benemérita señora condesa:
Es algo extraña la carta que ha tenido la
bondad de escribirme. No quiere ser
(**Es18.723**))
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