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19. Sociedad de Obreros Católicos de la
Parroquia de S. Joaquín, de la que era Presidente
honorario don Bosco.
20. Sociedad de la Juventud Católica y del
Coraggio (valor) Católico.
21. A las demás representaciones, que se
añadieren, se les asignará el puesto conveniente.
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Los clérigos de Valsálice a don
Miguel Rúa
Reverendísimo Señor don Miguel Rúa:
La ceremonia de hoy será un hecho de
imperecedera memoria para la casa de Valsálice.
Vuestra Revma. Paternidad nos ha entregado en
nombre del Capítulo Superior los venerados restos
de nuestro común padre y fundador. Nos apresuramos
a daros las gracias más sentidas por tan
inapreciable favor; al mismo tiempo, os aseguramos
que procuraremos ser vigilantes guardianes del
sagrado tesoro.
Prometemos seguir con solícita y amorosa
atención los recuerdos que nos dejasteis ante la
tumba de don Bosco y juramos de corazón sobre la
misma que queremos trabajar para ser siempre
dignos hijos de tan gran ((**It18.838**)) padre.
Queremos trabajar para que, al salir de Valsálice
se pueda decir que somos vástagos crecidos sobre
esta bendita tumba. Sostenga Dios nuestros
propósitos y la intercesión del mismo don Bosco
haga que nunca lleguemos a faltar.
También monseñor Cagliero nos dejó en su
hermosísimo discurso un recuerdo especial: nos
dijo que recibiéramos bien a los Salesianos que
vinieran aquí a rezar junto a los amados y santos
restos del bendito padre. Pues bien, sí. Vengan
nuestros hermanos, vengan sin miedo a causarnos
molestia, porque nosotros los recibiremos siempre
con los brazos abiertos y uniremos nuestras
plegarias a las suyas, nuestros suspiros a los
suyos, nuestros propósitos a los de ellos para que
todos podamos llegar a ser verdaderos imitadores
de las virtudes del padre común. Vengan todos y
pueda esta casa convertirse en un santuario de
nuestra Congregación.
Dijo un día el Divino Redentor que su sepulcro
sería un día glorioso. También nosotros podemos
esperar, en nuestra pequeñez, poder repetir lo
mismo respecto a este nuestro sepulcro. Haga Dios
que nuestros ardientes deseos sean pronto
realidad. Y, si pudiera faltar algo, nos ofrecemos
nosotros mismos al Señor y procuraremos con el
sacrificio y la oración apresurar el deseado
instante. Sí, querida Madre María Auxiliadora, vos
que tanto os esmerasteis en favor de vuestro gran
devoto, seguid vuestra labor: dádnoslo pronto
glorificado como nuestro corazón lo desea.
Algo más queremos hacer en este mismo día. Un
deber se impone a nuestro corazón. Nos parece que
no quedaría bien cerrada la jornada, si no
calmásemos en parte el inmenso dolor que aflige
nuestro corazón, estrechándonos en torno al nuevo
Rector Mayor, nuestro querido don Miguel Rúa, que
supo, aún en vida de don Bosco, inspirarnos tanta
confianza, ganarse tanto afecto, imponernos tanta
veneración.
Sabemos que el Santo Padre ya había designado
hace tiempo a V. S. como sucesor del venerado don
Bosco. Nos consideramos felices, por tanto, al
reconocerle como tal, y nos tenemos por muy
afortunados al poderle saludar con el nombre de
padre. Y
(**Es18.706**))
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