((**Es18.70**)
sabían que la había aprendido en pocos días y con
una gramatiquilla de quince céntimos, editaba por
Sonzogno en Milán 1.
El pensamiento de don Bosco seguía viviendo las
cosas del Oratorio: no se lo impedían la lejanía,
ni el sucederse de los acontecimientos. He aquí lo
que, de su parte, escribió Viglietti al anochecer
a don Juan Bautista Lemoyne: <>.
De aquí en adelante, procederemos en nuestra
descripción narrando los hechos al compás de las
fechas. Será el diario barcelonés del viaje de don
Bosco a España. Es cierto que él se alojó en
Sarriá; pero, aunque esta población no estaba
todavía absorbida por la capital, como hoy, con
todo ya se la consideraba como un verdadero
suburbio de ella.
SABADO, 10 DE ABRIL
Durante la noche del día nueve al diez de
abril, tuvo don Bosco otro sueño sobre las
misiones, que después contó a don Miguel Rúa, a
don Juan Branda y a Carlos Viglietti, con voz
ahogada a veces por los sollozos. Viglietti lo
escribió inmediatamente después y, por orden suya,
envió una copia a don Juan Bautista Lemoyne,
((**It18.72**)) para
que la leyese a todos los Superiores del Oratorio
y sirviese de aliento general.
<>.
El texto que damos a la publicidad es el de
Viglietti, un poco retocado por Lemoyne, en cuanto
a la forma y estilo.
1 Aquel día nueve de abril escribía a don Juan
Bonetti y comenzaba su carta (Copiamos al pie de
la letra del original, sin alterar absolutamente
nada):
<>. Eran pruebas de
imprenta de la Storia del'Oratorio di San
Francesco di Sales, parte II, cap. XVI, que se
publicó después en el Boletín de agosto. Como se
ve, la publicación de don Juan Bonetti era
vigilada por don Bosco y por don Miguel Rúa. El
nombre del profesor se puede leer en LEMOYNE M.B.
Vol. VII, pág. 381. Del final de los dos hombres
políticos se habla en el Vol. VI, pág. 517 y pág.
728.(**Es18.70**))
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