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de las grandes virtudes que le adornaban y que
sabiamente sabía infundir en los dignos herederos
de su providencial misión.
He visto en los periódicos el ternísimo y
edificante espectáculo de sus triunfales
funerales: naturalmente también yo me creí en el
sagrado deber de celebrar la santa misa por el
eterno descanso de su bendita alma. Y pensaba:
todas estas demostraciones de afecto al hombre
santo, estos tributos de sufragios que deben haber
aprovechado a la expiación de muchos espíritus
afortunados para asociárselos ((**It18.823**)) en el
ingreso en la patria celestial, no pueden dejar de
ser al menos un gran consuelo para el dolor de sus
hijos huérfanos. Ellos saben que el amado Padre
les mira ahora desde aquel reino de gloria, con
más encendida y sobrehumana caridad, los protege,
los bendice y espera recibirlos en el Cielo.
También yo confío sinceramente en la protección
del venerado difunto, a quien tuve la fortuna de
hospedar algún día en este palacio episcopal el
año 1875; y con esta confianza, me congratulo de
corazón con usted, reverendísimo director,
meritoriamente elegido para sustituirle en el
gobierno de la Congregación. Le suplico acepte los
sentimientos del distinguido aprecio con que me
profeso
De V. S. Rvma.
Tortona, 6 de febrero de 1888.
Seguro servidor,
>>
VICENTE, Obispo de Tortona
n) Del cardenal Sanfelice, arzobispo
de Nápoles
Reverendísimo Padre:
El anuncio de la muerte inesperada de don Bosco
me ha impresionado profundamente; por los
inescrutables designios de Dios queda el mundo
privado de otro apóstol; y hasta los enemigos de
la Iglesia tendrán que llorar su pérdida, puesto
que no hay ninguna clase de personas a la que no
haya llegado el influjo de la apostólica caridad
de aquel santo sacerdote. A partir de este
momento, él dejará sentir, especialmente a sus
hijos, el valor de su protección; ojalá que este
pensamiento y el de la gloria donde se ven
coronadas sus virtudes, sirva de balsámico
consuelo para cuantos lo lloran. Que Dios conceda
a V. S., ya lleno del espíritu de su Fundador, la
gracia de mantenerlo abundantemente en todas las
obras por él fundadas y encomendadas al presente a
V. S.
Con mucho gusto aprovecho esta dolorosa ocasión
para expresarle los sentimientos de mi particular
aprecio, mientras me profeso
De V. S. Revma.
Nápoles, 6 de febrero de 1888.
Seguro servidor,
>> Card. Arzobispo
o) De monseñor Guarino, arzobispo
de Mesina
Ilmo. y Revmo. Señor:
La noticia de la inmensa pérdida que la Iglesia
ha sufrido con la muerte de don Bosco, nuevo san
Vicente de Paúl, me ha desconcertado de tal modo
que no pude
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