((**Es18.657**)Milanesi
o y don Bartolomé Panaro, como oficiales, a
Zanchetta como cabo y a los dos peones como
simples soldados.
Roca es una colonia y un pueblo incipiente,
situado en una bonita llanura, bañado por el río
Negro, a ciento veinte leguas de Patagones, sede
de la guarnición de este inmenso territorio y
tiene mil habitantes que, hasta el presente, viven
a expensas del Gobierno. Y como es un lugar donde
Eolo tiene las cavernas de sus furiosísimos
vendavales y donde el polvo oscurece el cielo
cuando el viento sopla, lo que sucede muy a
menudo, temo que no tenga un porvenir muy largo.
Al son de la trompeta acuden al catecismo los
chiquillos y chiquillas, mañana y tarde; los
adultos vienen al oscurecer, para rezar el rosario
y oír el sermoncito.
Después de esta misión, seguiremos el camino
hacia la Cordillera haciendo otras ciento treinta
leguas y visitando la colonia de Malbarco. Si está
abierto el paso de los Andes, ya que las nieves
suelen a veces anticipar su llegada, cruzaremos
aquellas inmensas montañas y llegaremos a Chile,
donde estamos entendidos para fundar nuestra
primera casa salesiana y desde donde le escribiré,
si Dios quiere.
Imagino que los propios directores le darán
noticias de Patagones, Santa Cruz, Tierra del
Fuego, Buenos Aires, San Nicolás y Montevideo;
ellos cumplen muy bien su cometido y trabajan por
la gloria de Dios y el honor de la Congregación.
Pero todos confiamos sin límites en la
bendición y las oraciones de su paternidad, a
quien recordamos ore et corde cada día, a cada
hora y a cada momento.
Bendiga a los errantes por el desierto de
Patagonia.
Roca, Río Negro, 17 de enero de 1887.
Afmo. hijo in C. J.,
>> JUAN, obispo de Mágida
77 (el original en español)
Al Vicario General de Concepción en
Chile
Venerado Señor:
No puedo exprimirle todos los sentimientos que
se excitaron en mi mente y en mi corazón al leer
su tan apreciada carta del 1.° mayo año corriente.
Mi voluntad sería de mandarles cincuenta
misioneros para las primeras necesidades de tan
vasto Obispado; mas Dios no me lo permite, porque
nosotros también sentimos la falta de vocaciones
religiosas; yo soy viejo y enfermo, todavía mi
voluntad me haría volar aquí para ayudarle.
Empero no quiero dejarle sin una buena
esperanza, y le diré, ((**It18.779**)) que en
septiembre, si Dios lo permite, se hará un
capítulo general en el cual se examinarán los
medios para el ocurrente personal.
Pero en el próximo otoño le daremos una
respuesta más cierta y positiva.
Pide las oraciones de V. Rev. III.
Turín, 13 de julio de 1886.
Su
afectísimo y humilde servidor,
(Firmado) JUAN BOSCO
(**Es18.657**))
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