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Vicario Capitular de Concepción, que ya hace años,
está suplicando a usted que vayan allí los
Salesianos, para confiarles una casa de muchachos
pobres en la ciudad e importantísimas misiones al
sur de Araucania. También allí, y me refiero a
Concepción, se podrían atender con buenas
esperanzas abundantes vocaciones: y desde allí se
enviarían misioneros periódicamente ((**It18.744**)) para
verse y ayudar a los que, dentro de poco, se
establecerán en Malbarco, Roca y otros puntos.
3. La tercera misión partió de aquí el
veintisiete de agosto y terminó el siete de
octubre corriente. Nuestro celoso don Domingo
Milanesio visitó, a más de varias estaciones sobre
el río Colorado, la población de Bahía Blanca, y
pudo catequizar en sus alrededores unos cincuenta
indios, a los que bautizó a continuación, y
preparó unos sesenta para la santa comunión. Había
entre estos indios una vieja de ciento diez años,
que se llama Francisca Raninqueo, otra de ochenta
años y una tercera con más de setenta.
4. Se dieron otras misiones más cortas, durante
este tiempo, y casi periódicamente todos los
meses, por uno o por otro de los hermanos de estas
dos casas, en los diversos centros o estaciones de
los alrededores, dentro de los límites de casi
veinte leguas.
5. Se pudo establecer otra obra este año en
favor de los pobres indios; y es una visita e
instrucción catequística semanal a las distintas
familias indias asentadas en los alrededores de
Viedma, por orden de la autoridad militar. A falta
de otros medios, hemos tenido que comprometernos
al gasto de más escudos a la semana para
regalarles un poco de pan y lograr que así acudan
más pronto al catecismo. Quiera Dios que, por
medio del pan material, podamos llegar a
suministrarles el pan espiritual.
6. También se pudo catequizar de algún modo a
los soldados, que con este fin acuden a misa casi
todos los domingos.
7. Se organizaron e incrementaron las compañías
de las Hijas de María en ambas poblaciones.
8. Se instituyó, con óptimo resultado, el
ejercicio de la Buena Muerte entre los muchachos
de nuestras escuelas y las muchachas de las
escuelas de las Hijas de María Auxiliadora.
9. El ardoroso e incansable celo del
queridísimo Monseñor logró, casi contra toda
esperanza, implantar, primero en Patagonia y
después en Viedma, la Asociación del Apostolado de
la Oración para las madres de familia y las
jóvenes mayores, y con tal éxito que ya hay unas
cuantas decenas de inscritas con sus
correspondientes celadoras. Parece que las dos
piadosas asociaciones se enraízan cada día más
profundamente en el devoto femineo sexu, y íquiera
Dios que, gracias a ellas, se obtenga también
alguna señal de fe en los adultos!
10. Tampoco se ahorraron medios para convertir
a éstos, con conferencias a propósito los
domingos, predicación extraordinaria a manera de
Ejercicios para ganar el Jubileo, instrucciones
apropiadas y homilías, lo mismo en público que en
privado en las visitas que se hacen y se reciben,
pero, es triste confesarlo, todo ha resultado
inútil e infructuoso hasta ahora. Las Hijas de
María Auxiliadora nos ayudan mucho en esta labor
espiritual por lo que respecta a las jovencitas y
a dichas asociaciones devotas.
((**It18.745**)) I. Sus
escuelas, lo mismo que las nuestras, son muy
reducidas e incapaces para reunir la gran cantidad
de muchachos y muchachas que va creciendo cada día
más, al extremo de que el queridísimo monseñor
está preocupado sobre cómo y con qué medios
ampliar las pequeñas casas.
II. La total reedificación de la iglesia de
Viedma y el revoque y pintura de la
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