((**Es18.600**)
2. Las fuentes de ingresos con que se sostienen
las parroquias son múltiples. A más de la congrua
parroquial, están los llamados derechos de estola,
los legados y las limosnas. Hay que llevar un
registro diferente para cada uno de estos
ingresos, a fin de poderlo presentar, a petición
del Inspector o del Superior General.
3. Puede suceder que, para el cobro de ciertos
derechos, haya, en ocasiones, dificultades con las
personas que asumieron tales obligaciones. Para
evitar odiosidad con el Párroco, encárguese de
ello el Vicepárroco o mejor el Prefecto de
sacristía 1. Procure, sin embargo, que, aun siendo
su deber insistir sobre cuanto se refiere al
derecho, lo haga siempre con caridad, y la
insistencia vaya acompañada de prudencia y
dulzura.
4. Lleve el Párroco con mucho cuidado los
libros parroquiales, para poder presentarlos
siempre que el Ordinario los pida.
Compañías, Congregaciones o
Asociaciones
En la fundación de las distintas asociaciones,
que son una poderosa ayuda para la buena marcha de
la Parroquia y favorecen la reanimación del
espíritu de piedad, aténgase a las normas dadas
por el Catecismo ad Parochos, o bien por el
Parroco novello de Frassinetti.
Conclusión
El Párroco Salesiano, que conserve el espíritu
de la Congregación y observe escrupulosamente sus
votos y estas normas, no dejará de ser un apóstol
en medio del pueblo, que Dios ha confiado a sus
cuidados, y, a la par que se santifica a sí mismo,
ganará muchas almas para el cielo.
((**It18.699**))
39
Sobre el espíritu religioso y las vocaciones
entre los Coadjutores y los
aprendices
& 1. Sobre los Coadjutores
Nuestra Pía Sociedad se compone de sacerdotes y
clérigos y también de res (Art. 1.°, Cap. I).
Estos se llaman Coadjutores (Reg. Cap. X, 14;
XIII, 2, y XV, 3) porque su función especial es la
de ayudar a los Sacerdotes en las obras de caridad
cristiana propias de la Congregación. La historia
eclesiástica nos presenta muchos ejemplos de
laicos que ayudaron poderosamente a los Apóstoles
y a los demás ministros sagrados; y la Iglesia se
ha servido en todo tiempo de buenos fieles para el
bien del pueblo y la gloria de Dios.
En nuestro tiempo, más que en otros, pueden las
obras católicas, y entre éstas nuestra
Congregación, tener una ayuda eficacísima de los
seglares; ya que en ocasiones pueden ellos hacer
más bien y mejor que los propios sacerdotes.
Tienen en particular los Coadjutores un campo
amplísimo abierto para ejercer su caridad con el
prójimo y desplegar su celo por la gloria de Dios,
dirigiendo y administrando
1 No existe en España ese cargo. (Aunque hemos
conocido en algunas partes el cargo de <>
y otros parecidos). (N. del T.)
(**Es18.600**))
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