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su familia, al heredero de don Bosco, su devoción
y, al mismo tiempo, su fiel interés por las obras
salesianas. Desde Madrid escribió el Senador
Lastres 1 reconociendo en don Miguel Rúa al único
que podía ser llamado ((**It18.628**)) a
continuar la obra fundada con singular talento y
viva fe por don Bosco.
No será tenida por superflua alguna cita de
periódicos italianos y extranjeros, puesto que
importa mucho a la historia confirmar cómo la
elección de don Miguel Rúa obtuvo también la
aprobación general de la prensa. Se lee en Eco
d'Italia, de Génova, del dos de febrero: <>. En
el Eco di Bergamo del mismo día: <>. En Difesa, de Venecia, del
veintinueve de febrero, decía el corresponsal de
Turín, al anunciar la vuelta de don Miguel Rúa de
Roma: <>.
El periódico Défense, de París, del tres de
febrero, presentaba un artículo de Auffray,
redactor jefe, que había asistido a los funerales
de don Bosco: <>. Das Cassianeum, de Baviera,
publicaba una carta de su redactor Schmidinger a
don Miguel Rúa: <>. En Gazette de
LiŠge, del veintiuno de junio, apareció un extenso
artículo sobre don Miguel Rúa, en el que narraba
la parte tenida con don Bosco en la fundación y
dirección de sus obras; describía sus eminentes
cualidades y su carácter y decía: <((**It18.629**))
estacionarse. El ha creado y ya ha pasado; pero
don Miguel Rúa será un continuador providencial e
inteligente organizador>>.
1 Véase Vol. XVII págs. 511 y siguientes.
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