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Bosco recompensó así al doctor Renaudin su
caritativa labor prestada a los salesianos de la
localidad.
El día veinticuatro de enero de 1889, por la
tarde, fue atacado de una grave pleuritis en el
pulmón derecho el joven de quince años Luis
Piffari, en el colegio salesiano de Faenza.
El quinto día dos doctores encontraron síntomas
muy alarmantes.
Entonces el director, don Juan Bautista Rinaldi,
cortó un trozo de tela usada por don Bosco en su
última enfermedad y se la aplicó ((**It18.602**)) al
pecho. El día treinta por la mañana se despertó el
muchacho con la impresión de que estaba curado. En
efecto, el médico, a quien el enfermero no había
querido decir nada quedó tan asombrado al verlo,
que creyó debía cerciorarse si verdaderamente era
aquél el mismo alumno de los días anteriores. Se
encontraba tan bien que el domingo siguiente,
cinco de febrero, tocó varias veces y por largo
tiempo en la banda de música su instrumento, el
difícil helicón bajo, sin la menor dificultad ni
consecuencia. El doctor Liverani termina su
certificado del tres de febrero diciendo:
<>.
Sor Elvira López, hija de María Auxiliadora en
Buenos Aires, tenía un cáncer en el estómago.
Hacía catorce meses, como ocurre en la última fase
de esta enfermedad, que no retenía ningún alimento
y ya llevaba ocho meses sin poder digerir, ni
siquiera, el caldo, que devolvía apenas lo tomaba.
A duras penas se le podía dar una partícula de la
Hostia para comulgar. Y cuando vio que todas las
esperanzas humanas se desvanecían, pensó en acudir
a la intercesión de don Bosco y comenzó una
novena. El octavo día, vigilia del aniversario de
la muerte de don Bosco, al medio día, llamó a la
Directora y le dijo:
-Madre, tengo hambre. >>Me permite que coma
este melocotón?
Se lo comió sin ninguna dificultad y añadió
después:
-Pero esto no basta. íTengo mucha hambre!
Fue entonces al refectorio donde le sirvieron
pan, carne y fruta, y se lo comió todo con avidez,
ante la admiración de las Hermanas de de la
comunidad. Desde aquel día en adelante se
reincorporó a la vida común. <>.
Suspendemos la narración de curaciones de males
físicos para dar lugar a la narración de un
milagro de la gracia divina, debido a la
intervención de don Bosco. Se trata de una pobre
mujer de Chile, la cual, caída en el abismo del
vicio, se abandonó no sólo a los desórdenes más
deplorables en materia de costumbres, ((**It18.603**)) sino
también a
(**Es18.520**))
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