((**Es18.505**)
más; personalmente no tenía nada que produjera ese
efecto. Pero fundar y mantener tantas obras y
seguir aumentándolas sin subsidio alguno, fuera de
la caridad, y sostenerlas sin más medios que
((**It18.583**)) la
ayuda de la beneficencia, no podía ser más que el
efecto de la gracia de Dios, que se valía de don
Bosco para su gloria y para bien del prójimo. Ahí
radica el entusiasmo que por él se tenía, que duró
toda su vida, que aún perdura, y va creciendo
después de su muerte>>. Esta opinión de santidad
confesaba don Francisco Cerruti que la sentía en
sí mismo y le aumentaba cada día más.
El cardenal Cagliero, al declarar su postura
ante el tribunal, con respecto a don Bosco, habla
así de la impresión que le produjeron sus dos
primeros encuentros en el Siervo de Dios: <>.
Repasando los años del bachillerato recordaba:
<>.
Y, pasando a hablar de los años siguientes,
termina: <>.
Para explicar el porqué de esta opinión, se
expresa así: <((**It18.584**)) su
ardiente caridad, su serenidad inalterable, su
fortaleza, su constancia y entereza y su dulzura
de carácter en circunstancias difíciles y
críticas, en arduas y fuertes oposiciones y
contradicciones. Esto fue para mí el milagro que
más me ha impresionado durante el tiempo que viví
a su lado>>.
Entre los hechos citados por monseñor Cagliero,
elegiremos sólo
(**Es18.505**))
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