Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es18.501**) conocido proverbio francés: Il n'y a pas de grand homme pour son valet de chambre (No hay hombre grande para su ayuda de cámara). Nos referimos al coadjutor Pedro Enría, que entró a los trece años en el Oratorio el 1854, estuvo destinado más tarde por largo tiempo al servicio del Siervo de Dios. Ante los jueces de la causa, después de haber expuesto sencillamente, en los distintos interrogatorios, muchos de sus recuerdos personales, prorrumpió finalmente con esta resuelta afirmación: <>. Otro salesiano, también de Castelnuovo, don Angel Savio, fue alumno del Oratorio desde 1850. Acompañó a don Bosco a Marsella el 1880, tuvo que sostener con él muchas relaciones por asuntos administrativos y después fue a las misiones. Era un hombre muy práctico y formuló de este modo su propio parecer: <>. El primer Procurador general de la Congregación y primer párroco del Sagrado Corazón en Roma, don Francisco Dalmazzo, dejó el año 1860 otro colegio en Pinerolo, y entró en el Oratorio a la edad de quince años como alumno de quinto curso de bachillerato. ((**It18.579**)) Era de familia acomodada, le costaba mucho adaptarse a aquella vida y no hubiera continuado allí, si en las primeras semanas no hubiera visto con sus propios ojos la famosa multiplicación de los panecillos, operada por manos de don Bosco 1. Vienen como anillo al dedo dos puntos relevantes de su deposición. Dice de sí mismo, al hablar de sus virtudes en general: <>. Y hablando después sobre su fama de santidad, hacía estas declaraciones: <(**Es18.501**))
<Anterior: 18. 500><Siguiente: 18. 502>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com