Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es18.473**) Valsálice, se empezaría rápidamente la decoración de su Santuario, iniciativa que estaba muy en el corazón ((**It18.545**)) del Siervo de Dios. Y, mientras se imploraba el auxilio del Cielo, no se descuidaban las oportunas diligencias en la tierra, como veremos en el capítulo siguiente. <<íOh, qué tarde aquella, qué noche!, escribía angustiado don Juan Bonetti, la primera que pasamos con don Bosco muerto. Fue una tarde, una noche que nos llegó demasiado pronto. íOh, Padre! íOh, don Bosco! íAsiste desde el cielo nuestro sueño, asiste y sonríe desde nuestro velatorio!>>. Don Miguel Rúa, el solícito Vicario de don Bosco, sometiendo los sentimientos de su corazón a la idea del deber, ya había dado telegráficamente el triste anuncio al Padre Santo, al Cardenal Alimonda, a las Casas Salesianas y a cierto número de Cooperadores 1. El mismo también hizo imprimir la siguiente circular, de la que se enviaron treinta y dos mil ejemplares. Trece mil estaban redactados en francés y ocho mil en español. A los Salesianos, a las Hijas de María Auxiliadora, a los Cooperadores y a las Cooperadoras Salesianas. Con la angustia en el corazón, los ojos arrasados en lágrimas y temblando mi mano de emoción, os comunico la más dolorosa noticia que jamás pude daros: nuestro queridísimo Padre en Jesucristo, nuestro Fundador, el amigo, consejero y guía de nuestra vida ha muerto. Palabra esta, íay!, que traspasa el alma, atraviesa de parte a parte el corazón y hace correr de los ojos un río de lágrimas 2. Las plegarias privadas y públicas, elevadas al Cielo, pidiendo su conservación, han retardado a nuestro corazón este golpe, esta herida, esta pena amarguísima, pero no lograron conservárnoslo, como era nuestra ilusión. En el momento de dolor que atravesamos, no puede nuestra alma consolarse más que pensando en Dios, infinitamente bueno, que no hace nada que no sea justo, sabio y santo. Resignémonos, pues; inclinemos la cabeza y adoremos sus profundos designios. No es ahora el caso de que os diga que don Bosco ha tenido la muerte del justo, calma y serena, auxiliado a su tiempo con todos los consuelos de la ((**It18.546**)) religión, bendecido repetidas veces por el Vicario de Jesucristo, visitado con edificante piedad por prelados y distinguidos personajes eclesiásticos y seglares, nacionales y extranjeros; asistido con amor filial por sus alumnos y atendido por doctores de relevante 1 Los Salesianos de América vivieron un mes más de dolorosa incertidumbre. El telegrama había sido expedido al Arzobispo de Buenos Aires. Decía: <> Costó ciento veinte liras, pero no llegó a su destino. La Agencia Havas lo comunicó, con su propio nombre a los periódicos. Se sospechó que hubiera en ello fraude. Pudo suceder que el Arzobispo estuviera ausente y que los secretarios, sin pensar en la importancia de transmitir el telegrama inmediatamente, se olvidaran después de él y quedara así perdido. 2 Este último párrafo no se tradujo al francés. (**Es18.473**))
<Anterior: 18. 472><Siguiente: 18. 474>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com