((**Es18.46**)
Toscana 1, y mostró su compasión, al verlo partir
para un viaje tan largo. Le respondió que lo hacía
empujado por la necesidad de proveer de pan a sus
muchachos.
-íBusque la protección de Depretis!, se
apresuró a decir el periodista.
-íSí, sí, de él! íSi supiese cuánto pago de
impuestos solamente por las casas que tengo en
Italia!
Sin mostrar incomodidad, más aún, en alegre
conversación llegó a Sampierdarena. Allí se
encontró con dos buenos trabajadores de Arenzano
que lo estaban esperando para hacerle un donativo
en reconocimiento a las gracias obtenidas por
intercesión de María Auxiliadora; y le dijeron que
toda la gente de su pueblo tenía una fe ilimitada
en María Auxiliadora.
Pasó mal la noche, por lo que, al día
siguiente, se vio obligado a celebrar la santa
misa en su habitación. Asistieron a ella los
alumnos del cuarto y quinto curso de bachillerato.
Una vez terminada la acción de gracias, desayunó y
comenzó a recibir visitar sin interrupción hasta
el mediodía. Casi todos, como él decía, iban a dar
gracias a María Auxiliadora por favores recibidos
después de su bendición.
Los Cooperadores genoveses habían dispuesto
todo ((**It18.42**)) para
celebrar una conferencia en la ciudad en la
iglesia de San Siro; y allá se encaminó en las
primeras horas de la tarde. El arzobispo monseñor
Magnasco quiso asistir. Habló don Francisco
Cerruti, durante media hora, al desbordante
auditorio que había acudido a ver a don Bosco. A
su paso se agolpaba la gente alrededor para
besarle la mano: en algún momento se temió que lo
aplastaran. Antes y después de la conferencia, oyó
en la sacristía a los que querían consultarle. El
Arzobispo iba diciendo a los que se le acercaban a
besarle el anillo:
-Id a don Bosco.
El coadjutor Pedro Enría oyó a muchos que se
consideraban felices por haber recibido la
bendición de un santo. Don José Lazzero escribía a
monseñor Cagliero el día veintiocho de marzo: <>.
1 L'Amico del popolo, de Prato, 20 de marzo de
1886.(**Es18.46**))
<Anterior: 18. 45><Siguiente: 18. 47>