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Y, mientras decía esto, se iluminaba su rostro
con una suave sonrisa consoladora, que reavivaba
las esperanzas.
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Durante el día, aunque hacía bastante tiempo que
no miraba el almanaque, dijo de improviso:
-Mañana es San Marcelo. Llevad a Marcelo un
cestillo de esa uva que nos han regalado.
Marcelo era el hijo del doctor Vignolo,
convaleciente de una grave enfermedad.
A fin de facilitarle la respiración, los
médicos ordenaron que se preparara un sillón
cómodo para cuando pudiera levantarse de la cama.
Pero él, hablando después con don Celestino
Durando, le dijo claramente que era inútil
procurárselo.
Casi todos los días, cuando tomaba algún
alimento, se le ponía sobre el pecho una
servilleta nueva. Cuando se dio cuenta de ello,
preguntó:
->>A qué viene todo esto?
-Que del retiro del Buen Pastor, repuso don
Antonio Sala, han enviado unas docenas de ellas,
como obsequio a don Bosco.
-Bien; procura no olvidarte de darles las
gracias de mi parte.
El día diecisiete de enero por la tarde, al
tener que levantarle en peso, prestóse don Juan
Bautista Francesia a aquella obra de caridad.
-íOh, dijo don Bosco, no era necesario molestar
para esto a una celebridad. Te bastabas tú
únicamente, Sala.
Esta operación resultaba siempre dolorosa para
el pobre enfermo, a causa, sobre todo, de las
llagas que se le formaban por su continua postura
en la cama. Por lo mismo, don Antonio Sala le dijo
una de las veces:
-íPobre don Bosco! íCuánto le hago sufrir!
-No, respondió él, di mejor: ípobre Sala que ha
de someterse a tal esfuerzo! Pero déjalo de mi
cuenta: estas atenciones te las pagaré en su
día...
En otra ocasión, viole don Antonio Sala tan
molesto con el dolor, que le preguntó qué podría
hacer para proporcionarle algún alivio.
-Me parece que tengo el cuerpo demasiado
hundido en el colchón, respondió.
Entonces don Antonio Sala le puso un brazo bajo
las corvas, otro bajo las espaldas y, forzudo como
era, lo levantó en peso, mientras Viglietti
colocaba un edredón. Para que pudiera hacerlo, don
Antonio Sala hubo de mantener en el aire el cuerpo
de don Bosco unos minutos.
((**It18.525**)) Y, una
vez acomodado, de forma que quedó como sentado,
(**Es18.455**))
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