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Para las pruebas (los Superiores en las casas
de probación), practiquen la obediencia y háganla
practicar. Aguinaldo: devoción a María y comunión
frecuente.
Por dos veces recomendó para los Salesianos el
trabajo, repitiendo; ítrabajo, trabajo!
Habían regresado a Italia con él sor Angela
Vallese, de Patagonia, y sor Teresa Mazzarello, de
Uruguay: llevaban consigo a la niña fueguina que
les había confiado monseñor Fagnano. El se las
presentó a don Bosco el día nueve de diciembre de
la forma que ya hemos descrito.
<> el día de la
Inmaculada, escribe Viglietti en su diario. Ya no
tenía ninguna esperanza de poder subir de nuevo al
altar.
((**It18.478**)) Pero
escondía esta contrariedad como tantas otras penas
físicas y morales bajo un exterior habitualmente
tranquilo y sereno, a veces alegre, y bromeando
con sus propios achaques. Respecto a su espalda,
por ejemplo, que le obligaba a andar tan
encorvado, repetía un estribillo piamontés muy
conocido:
Oh, schina, povera schina,
t'as fini d'pporté bas-cina.
(Oh, espalda, pobre espalda, se acabó
tu dura carga)
Una noche recitó a dos sacerdotes que, tristes
y presurosos, le ayudaban a subir a su habitación
esta estrofa que él había improvisado,
compadeciendo sus piernas.
Oh, gambe, povre gambe,
che sie drite, che sie
strambe,
seve sempre'l mŠ confort
fin a tant ch'i sia nen
mort.
(Oh, piernas, pobres piernas -torcidas o rectas -,
manteneos siempre fuertes -hasta
el día de la muerte).
No quería, sin embargo, que los Superiores se
hicieran ilusiones sobre su estado de salud, hasta
el punto de descuidar las precauciones sugeridas
por la prudencia y de cara a su eventual
defunción, como se vio el día de la Imaculada por
la noche. Fue a cenar con ellos, pero, a los pocos
minutos, se levantó para volver a la habitación.
-Anímese, le dijo uno. Tenemos que celebrar sus
bodas de oro.
Al oír estas palabras, paróse en la puerta,
volvió la cabeza hacia donde había partido la voz,
miró fijamente al que la había proferido y
exclamó:
-Sí, sí, las bodas de oro... í Son cosas
graves, son cosas graves!
La última manifestación de alegría que hubo en
el Oratorio, viviendo
(**Es18.414**))
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