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Parece que León XIII se valió del cardenal
Simeoni, prefecto de Propaganda.
Antes de que partiesen los Salesianos,
destinados a Londres, envió don Bosco a don
Francisco Dalmazzo allí para que, desde el punto
de destino informara sobre el estado de las cosas.
La espera de este su enviado ocasionó una
confusión, como si fuera a llegar don Bosco en
persona. La noticia suscitó tal inquietud que fue
menester desmentirla públicamente 1. Don Francisco
Dalmazzo llegó a Londres el nueve de octubre y fue
huésped del abate Galerán, francés de origen, pero
nacionalizado inglés y rector de una iglesia en
las cercanías de Battersea, esto es, en Wandswort.
El quince de octubre, escribía éste una carta a
don Bosco, describiendo el ambiente donde
esperaban a sus hijos: <((**It18.453**)) pero
una gran parte de la mies se pierde por falta de
obreros. Las almas se extravían, porque no pueden
los pastores desarrollar tanto trabajo. Padre mío,
las almas que tanto han costado a nuestro Salvador
le llaman a gritos y le esperan. No conozco otro
barrio de Londres que le necesite tanto como
Battersea. Soy, además, capellán de una cárcel muy
grande, en la que desfilan muchos ante mis ojos.
íCuántas veces he invocado en mi corazón a don
Bosco y a sus hijos! Mi venerado Padre, no tardará
usted en alegrarse de haber tomado posesión, en
nombre de Jesucristo, de esta capital, donde
tantos pecados se cometen, donde viven tantas
almas en la ignorancia y se pierden.
í Benditos sean los pies de los hombres que vienen
a nosotros en nombre de Aquel que tanto amaba a
los niños!>>.
Los Salesianos recibirían en seguida la
administración parroquial del territorio que
anteriormente había constituido la parroquia del
Sagrado Corazón. El Obispo, conocedor de la
voluntad del Papa, no sólo no puso dificultades,
sino que él mismo escribió y habló con el párroco
limítrofe, de cuya jurisdicción debía desgajarse
de nuevo la zona antes indicada, invitándole a
ceder de buen grado todo a los Salesianos, apenas
se presentaran. La iglesia que hizo construir la
Condesa era, exteriormente, de hierro y, por
dentro, de madera. Aunque había otras semejantes,
ésta, sin embargo, era provisional en la intención
de la señora. Junto a la iglesia, se levantaban
las escuelas, construidas de mampostería: eran
altas, grandiosas y bonitas y tenían doscientos
1 En Catholic Press del veintinueve de
septiembre.
(**Es18.393**))
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