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Roma, le anunció una parada en Turín para poderlo
visitar, añadiendo 1: <>. ((**It18.442**)) No
daba un paso en el asunto del instituto en
construcción sin consultarlo. Siempre tuvo por
seguro que la obra en Lieja tendría un porvenir
magnífico 2. En mayo de 1890, don Miguel Rúa fue a
Lieja. Entonces se vio claramente la elevada
estima que Monseñor tenía al sucesor de don Bosco,
porque escribió así a don Celestino Durando 3:
<<>>Tendré que decirle lo mucho que nos ha
edificado con sus finos modales, unidos a sus
virtudes internas? Sus palabras llenas de unción y
de piedad y los graves rasgos de su fisonomía le
ganaban el corazón de todos. No sé cómo agradecer
a la Providencia que nos haya procurado su
presencia para la bendición de la primera piedra
del orfanato de San Juan Berchmans>>.
Siempre tuvo ternuras de padre con los hijos de
don Bosco destinados a Lieja y, después, con los
primeros aprendices. En recuerdo del día en que
don Bosco había aceptado su instancia, celebraba
con ellos la fiesta de la Inmaculada Concepción y
les reservaba una plegaria especial en la acción
de gracias después de la misa y en las oraciones
de la noche. Al volver de sus viajes, la primera
visita era para el orfanato y, cuando recibía
personajes de respeto, los acompañaba a visitarlo.
El noviciado de Hechtel, abierto en 1896, ha de
conservar imborrable el recuerdo de la caridad que
tan eximio prelado demostró, sobre todo, en los
comienzos que fueron los más duros. Quiso
acompañar personalmente hasta allí a los primeros
novicios y los visitó cuatro veces en cinco años,
puesto que murió en agosto de 1901. Era Hechtel un
pueblecito modesto, que jamás había visto un
obispo. Una vez escribió al director, don
Francisco Tomasetti, para recomendarle
expresamente que no acercara las camas de los
novicios a las paredes, todavía húmedas. Se
complacía en repetir:
-Don Bosco me prometió que los Salesianos, seis
años después de su llegada a Lieja, se
triplicarían en Bélgica.
Los Salesianos llegaron allí el año 1891; en
1897 tenían tres casas, pues se añadieron a la
casa de Lieja, la de Tournai y la mencionada de
Hechtel.
1 Lieja, veinticinco de marzo de 1888.
2 Carta a don Miguel Rúa, ocho de abril de
1889.
3 Lieja, quince de mayo de 1890.
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