((**Es18.347**)y
estaban destinados a ser distribuidos entre
familias cristianas de Buenos Aires, donde podían
completar la instrucción religiosa que él les
había dado sumariamente. Se interesó, además, por
una numerosa tribu, que iba y venía cada día al
campamento. Dos veces al día reunía en su tienda a
los niños y a las niñas ((**It18.397**)) para
enseñarles a rezar. En la segunda relación que
enviaba también a don Bosco 1, escribía sobre los
Onas: <>En dos o tres años se podría adiestrar a esta
pobre gente, a mi parecer, y emplearlos en la
agricultura como jornaleros y como marineros; y
siempre serían una esperanza y un refugio para los
náufragos de la Tierra del Fuego>>.
Los naufragios se repetían con frecuencia por
aquellos mares azotados por vientos violentísimos;
don José María Beauvoir estuvo dos veces a punto
de perecer navegando en barcos envueltos por las
tempestades. Este proyecto fue una realidad
después de la muerte de don Bosco, llevado a cabo
en toda su intensidad por el intrépido misionero
con medios audaces, conducidos a buen término.
El día dieciséis de enero debió abandonar a
aquellas pobres almas porque la expedición
emprendía la operación de regreso; desembarcó el
día veinticinco en Patagones, su residencia. Fue
un milagro que, durante el trayecto, no se
hundiera el barco en una tremenda tempestad. De
aquella expedición reportó tres ventajas
principales: un discreto conocimiento del lugar,
una idea aproximada de las condiciones en que
vivían aquellos indios y la importante
comprobación de que convenía colocar la sede en
Punta Arenas, que era un punto céntrico para
comunicarse con Chile, Tierra del Fuego y las
islas Malvinas; porque su Prefectura se extendía
también a la parte chilena del archipiélago y a
dichas islas, además de la Patagonia meridional,
esto es, hasta la Gobernación de Santa Cruz, donde
ya trabajaban don Angel Savio y don José María
Beauvoir.
Desde Patagones volvió a Buenos Aires, a fines
de febrero, con la intención de remover cielos y
tierra hasta conseguir protección, subsidios y
personal para comenzar seriamente la ((**It18.398**))
empresa. Mientras tanto consolaba a don Bosco,
escribiéndole el día primero de marzo: <(**Es18.347**))
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