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((**Es18.321**) el pan y los vestidos de que carecíamos? La mayor parte de nosotros debe al Oratorio la posición social que hoy disfruta. En el Oratorio aprendimos los buenos principios, las santas máximas y la sana educación que ahora nos mantienen constantes en la práctica del bien. Todo esto os lo debemos a vos, y >>queréis que os olvidemos? >>Cesará de moverse nuestra lengua, antes que dejemos de publicar vuestras alabanzas; dejará de latir nuestro corazón antes que dejemos de amaros. Quereros a vos es para nosotros una prenda del amor de Dios>>. Estaba en la mente de todos el triste presentimiento de que fuera aquélla la última fiesta de don Bosco. El himno original de Lemoyne y con música de Dogliani, que unía un canto primitivo ((**It18.367**)) con el que debía ser el último, suscitó en los más antiguos una nostálgica emoción, que el mismo don Bosco compartió; porque, después de cada cuatro estrofas que cantaba el primer coro, otro repetía, a modo de estribillo, las dos estrofas que los muchachos del Oratorio cantaron la primera vez que celebraban el día onomástico de don Bosco: Andiamo, compagni, Vamos, compañeros, don Bosco ci aspetta; don Bosco os espera; la gioia perfetta de gozo se llena si desta nel cuor. vuestro corazón. Il tempo Š gradito, El tiempo agradable, c'invita a goder; invita a gozar; corriamo all'invito corramos amables, di festa e piacer reíd y cantad 1. Y así concluía todo un ciclo de suaves manifestaciones, en las que especialmente los muchachos participaban con verdadero júbilo y cuyo recuerdo perduraba de un modo saludable en sus almas por toda la vida, como es todavía posible ver aún en muchos antiguos supervivientes. <>, escribe el cronista. 1 Véase: Memorias Biográficas, III Vol., pág. 413. (**Es18.321**))
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