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el pan y los vestidos de que carecíamos? La mayor
parte de nosotros debe al Oratorio la posición
social que hoy disfruta. En el Oratorio aprendimos
los buenos principios, las santas máximas y la
sana educación que ahora nos mantienen constantes
en la práctica del bien. Todo esto os lo debemos a
vos, y >>queréis que os olvidemos?
>>Cesará de moverse nuestra lengua, antes que
dejemos de publicar vuestras alabanzas; dejará de
latir nuestro corazón antes que dejemos de amaros.
Quereros a vos es para nosotros una prenda del
amor de Dios>>.
Estaba en la mente de todos el triste
presentimiento de que fuera aquélla la última
fiesta de don Bosco. El himno original de Lemoyne
y con música de Dogliani, que unía un canto
primitivo ((**It18.367**)) con el
que debía ser el último, suscitó en los más
antiguos una nostálgica emoción, que el mismo don
Bosco compartió; porque, después de cada cuatro
estrofas que cantaba el primer coro, otro repetía,
a modo de estribillo, las dos estrofas que los
muchachos del Oratorio cantaron la primera vez que
celebraban el día onomástico de don Bosco:
Andiamo, compagni, Vamos,
compañeros,
don Bosco ci aspetta; don Bosco
os espera;
la gioia perfetta de gozo
se llena
si desta nel cuor. vuestro
corazón.
Il tempo Š gradito, El tiempo
agradable,
c'invita a goder; invita a
gozar;
corriamo all'invito corramos
amables,
di festa e piacer reíd y
cantad 1.
Y así concluía todo un ciclo de suaves
manifestaciones, en las que especialmente los
muchachos participaban con verdadero júbilo y cuyo
recuerdo perduraba de un modo saludable en sus
almas por toda la vida, como es todavía posible
ver aún en muchos antiguos supervivientes. <>, escribe el cronista.
1 Véase: Memorias Biográficas, III Vol., pág.
413.
(**Es18.321**))
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