((**Es18.286**)
recibió don Bosco a la Junta de señoras
cooperadoras entre las que figuraban los nombres
más famosos de la aristocracia romana. Oyeron
primero su misa, lo acompañaron después al
comedor, donde se sirvió el desayuno. Tras una
breve conversación, las bendijo y les entregó unas
medallas de plata. Don Carlos Viglietti hace
mención en su diario de esta recepción, pone los
nombres de muchas de las que asistieron y escribe:
<>. Pero aún le
quedaba mucho por hacer.
((**It18.326**)) A las
ceremonias de la consagración precedió la prueba
del órgano.
El órgano del Sagrado Corazón había sido
fabricado, después de otros ciento veinte, por el
organero Bernasconi de Varese, cuya fama en este
genero de trabajo había traspasado ya las
fronteras de Italia y de Europa. Los encargados de
probarlo fueron Petrali, antiguo director del
liceo musical de Pesaro; Renzi, primer organista
de la Basílica Vaticana, y Bersano, antiguo alumno
de don Bosco y organista de la Catedral de Turín.
Aceptaron también la invitación a participar
Capocci, organista en San Juan de Letrán,
Moriconi, director de orquesta en Santa María la
Mayor, y otros renombrados maestros. Las pruebas
se repitieron mañana y tarde durante los días doce
y trece, con la ejecución de las más variadas y
difíciles melodías sinfónicas. El público accedía
mediante invitación personal, en cuyo pie se leía:
<>.
La concurrencia fue muy numerosa desde el
principio al fin.
Y, cuando todo terminó, los tres organistas
concertantes dieron sus propias impresiones: <(**Es18.286**))
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