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((**Es18.235**) que don Bosco fue formando, desde pequeños, en el Oratorio, y se los encontró a su lado en la hora oportuna cuando, en el ocaso de su vida, necesitaba poderosos auxiliares para dirigir con firmeza su obra, organizarla sólidamente y facilitar su expansión. Dotado como estaba de espíritu metódico, fuerte voluntad y sentido práctico, demostró en el desempeño de su cargo, durante treinta años, su prudencia, calma y constancia. Su cargo se extendía también al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y a la dirección de la prensa salesiana. En todos los campos de su actividad, fue siempre un suscitador de energías, puesto que poseía en alto grado el arte de animar a la acción. En todas sus actividades tuvo siempre por mira mantener vivo entre sus hermanos el espíritu del Fundador. Al celebrarse el vigésimo quinto aniversario de su elección como Director general de los estudios, dio públicamente las gracias a todos los Socios, escribiendo: <>. Fue una hermosa jornada la que transcurrió en torno a don Bosco el día treinta de noviembre en el colegio de Valsálice. Se celebraba en él la distribución de premios a sus alumnos distinguidos. El cardenal Alimonda y el teólogo Margotti pasaron algunas horas de la mañana y de la tarde con el Santo. En la velada el cardenal Alimonda hizo una de sus fascinadoras improvisaciones sobre el valor y la eficacia de la disciplina. Hacia las seis de la tarde, don osco volvió al Oratorio 1. Aquella tarde escribió el Cardenal a monseñor Cagliero: <((**It18.266**)) Resultó una fiesta hermosa e interesante como todas las salesianas. Pero nada más interesante que el amadísimo don Bosco que nos acompañaba, siempre jovial, siempre tranquilo y contento, sin desmejoramiento de la salud, aunque sujeto a los achaques de siempre. Quiera el Señor guardarlo todavía para muchas santas empresas, entre las cuales no hay que perder de vista la salida de un buen grupo de misioneros que se prepara para pasado mañana. No quiero privarme de la satisfacción de asistir al adiós e implorar todas las bendiciones del cielo sobre el selecto escuadrón>> 1. Con cuánta razón había escrito don Francisco Cerruti a Monseñor 1: 1 Véase Unit… Cattolica, 2 de diciembre de 1886. 1 Ap., Doc. núm. 61. (**Es18.235**))
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