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((**Es18.208**) gubernativas, lo que le valió para consolidar la propia autoridad en su sede de Patagones, como se vio a su regreso, después de la larga ausencia. A su llegada, no solamente acudieron a recibirle los Salesianos y las Hermanas con los alumnos de ambas partes del Río Negro; sino que llenaba la playa un pueblo variado y numeroso: señores y señoras, marineros y militares, indios y gauchos lo aguardaban con verdadero entusiasmo. Las principales autoridades subieron a bordo para saludarle. El Gobernador, enfermo desde hacía algunos días, aunque era anticlerical y personalmente hostil, no pudo excusarse de enviar en seguida un oficial superior para que lo representase, manifestando su satisfacción por la llegada de Monseñor. Todo esto colmó de alegría al Vicario Apostólico, persuadido de que aquel gran cambio de ánimos, en el centro del Vicariato, le allanaría el camino para un ejercicio más fructuoso en su ministerio. Es cierto que su manera de obrar contribuía a conquistarse la estima y confianza. <>. Apenas desembarcó, se dirigió a la iglesia, donde, hecha una breve oración, agradeció a todos el espléndido recibimiento que le habían tributado. Pero aquel agradecimiento colectivo no era suficiente; la cortesía pedía que fuera visitando a las personas de mayor relieve, lo cual le dio ocasión para conocer de cerca a las familias principales, tan necesitadas de instrucción religiosa. Por aquellas remotas latitudes, no se enfriaba en los corazones el cariñoso recuerdo de don Bosco con la inmensa distancia, ni con las fatigas agotadoras. ((**It18.233**)) Hablaban de él entre ellos; hablaban de él a los niños; no había fecha memorable que pasara inadvertida. Así, el día diecinueve de mayo, los alumnos del colegio de Patagones le escribieron cada uno su cartita, para el próximo día onomástico. <>. Cuánto gozó don Bosco al leer aquellas cartas, pueden todos imaginarlo 2. Se conservan, sin embargo, muchas cartas escritas en idéntica circunstancia por los mismos Salesianos. Pedimos perdón a los lectores, si de nuevo buscamos en ellas los sentimientos que los antiguos Salesianos 1 Carta a don Juan Bautista Lemoyne, Carmen de Patagones, 14 de mayo de 1886. 2 No hemos podido encontrar la carta de aquel indio; solamente otras dos (Ap., Doc. núm. 53 A-B). (**Es18.208**))
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