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cuarentena. Por fortuna, la cuarentena apenas duró
cinco días, aunque con no pocos gastos; finalmente
el día catorce estaban todos en Villa Colón,
atendidísimos por aquellos Hermanos.
Aunque parecía en Turín un buen número el de
los que partían, en el lugar del destino se vio
que eran muy poca cosa frente a la necesidad: se
hubiera querido al menos el doble, sólo para
reforzar de forma eficiente las tres casas del
Uruguay: Villa Colón, Las Piedras y Paysandú. A
pesar de todo, hubo que ceder unos cuantos a la
Inspectoría Argentina, cuyas obras se
multiplicaban y obligaban a mayor intensidad de
acción.
((**It18.221**)) Al ir
don Luis Lasagna a Italia había llevado a don
Bosco una carta del Obispo de Montevideo
recomendando a sus oraciones su atribulada
diócesis y pidiéndole una escuela de artes y
oficios para Las Piedras. Don Bosco encargó a don
Luis Lasagna que le respondiera: 1.°, agradeciendo
su benevolencia con los Salesianos y las Hermanas
de Uruguay; 2.°, prometiéndole oraciones por su
hostigada diócesis y por todas sus tribulaciones;
3.°, diciéndole que era imposible abrir una
escuela para aprendices en Las Piedras; 4.°,
prometiéndoselo para Montevideo, con la esperanza
de su licencia y la del señor Jackson a quien ya
había escrito sobre el asunto; 5.°, que don Luis
Lasagna volvería con buenos compañeros para la
ejecución de este plan de don Bosco, que además
estaba muy en conformidad, con los deseos del
Corazón de Jesús y de María; 6.°, que él preveía
que debía nacer de aquella obra mucho bien para
las almas y para la religión en toda la republica
del Uruguay y, quizás, en toda América del Sur; y
que interesaba para esta obra el celo de Monseñor
y de las personas adictas. Con estos puntos, más
lacónicamente expresados en el original, redactó
don Luis Lasagna su respuesta, de la que
conservamos copia 1.
La Inspectoría de don Luis Lasagna comprendía
también las dos casas del Brasil. Aquí se
presentaba un porvenir alegre y esperanzador, pero
el presente era muy duro. La casa de Niterói
luchaba con los protestantes y las deudas; con
todo ensanchaba su campo de acción.La incipiente
de Sao Paulo estaba muy falta de operarios. Los
obispos de todas partes suplicaban que fueran
Salesianos a sus diócesis 2.
Don Bosco, previendo los progresos que la
Congregación haría entre la población civil y
entre las tribus salvajes de aquel inmenso
1 Ap., Doc. núm. 48 A-B. La carta al señor
Jackson, de la que también conservamos copia, debe
haber sido igualmente firmada por don Bosco (Ap.,
Doc. núm. 49).
2 Carta de don Antonio Riccardi a don Bosco,
Almagro (Buenos Aires), febrero 1886.
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