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y años, nos vendrán legados, herencias y limosnas,
debidos a estas circulares 1.
La prensa dio amplia publicidad a la circular,
reproduciéndola por entero, resumiéndola o
comentándola. También en esta ocasión se manifestó
la mentalidad de ciertos liberales italianos,
cerrados, como siempre, en su mezquino y rencoroso
anticlericalismo. Aquellos hombres eran tan
refractarios a cuanto supiese a cristiano que,
cuando trataban de ello, perdían el buen sentido y
hasta el sentido común; el odio contra la Iglesia
que anidaba en su alma ni siquiera les dejaba
comprender la sólida utilidad, apreciada sin
reserva por otros gobiernos laicos, que los
misioneros procuraban a la madre patria. A pesar
de las publicaciones inspiradas en este odio,
puede repetirse lo mismo que decía un diario
católico de Génova, a propósito del venenoso
charlatanismo desencadenado en Roma, por la
Reforma de Crispi, a saber; que <>
era la lectura de aquella nefasta prosa 2.
Y las limosnas llegaban abundantemente y
algunas muy generosas. ((**It18.212**)) Una
prueba evidente de ello nos la presenta el mismo
don Bosco. En efecto, estudiándose en una reunión
capitular, tenida el día dos de noviembre, cuál
sería la manera más eficaz para mandar dinero a
las casas de América que imploraban ayuda, dijo
él:
-Ahora tenemos que pagar cantidades enormes.
Hemos enviado la circular para las Misiones. La
Providencia no falta; caminemos, pues, con pie
seguro. Para regular las deudas de nuestras casas
al otro lado del Océano, lleve allí don Luis
Lasagna la orden de reunir un Consejo Americano,
compuesto por los Directores y los Inspectores;
estudie este Consejo la manera de arreglar el
pasado y su déficit, recuerde ciertas
formalidades, sin las cuales ningún Director pueda
contraer nuevas deudas. Antes de partir don Luis
Lasagna estudie un sistema de economía. En estos
momentos, la Providencia nos da para nosotros y
para América. Don José Fagnano sea solamente
encargado de la parte espiritual y un ecónomo
administre temporalmente la
1 Ap., Doc. núm. 44.
2 L'Eco d'Italia, 31 de octubre de 1886. Hemos
creído oportuno exhumar ese escrito como documento
de los tiempos de don Bosco. (Ap., Doc. 45). Lo
reprodujo también La Gazzetta di Catania, que se
valió entonces de él en su guerra contra los
Salesianos. En cambio en Sicilia las Letture
Domenicali de Palermo (28 de noviembre) no sólo
publicaron <>, sino que
abrieron una suscripción para las Misiones
salesianas. También en Francia la Semaine
anticléricale de Nevers (11 de noviembre) publicó
un suelto desvergonzado con el título de <>.
(**Es18.190**))
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