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<> se reunían a su vez en asamblea el
mismo día en Turín <((**It18.208**)) y del
jesuitismo, se preparaban para mal de la patria>>,
como proclamaba un diputado liberal 1.
Don Bosco, a quien se le comunicó aquella
noticia, contestó que aquella asamblea era un
ensayo de la Masonería, para dar publicidad a su
impía institución y acostumbrar a la gente a
considerarla como una asociación respetable y
benemérita.
Lo que más exacerbaba a la secta era el
florecimiento de las escuelas privadas. En un
opúsculo que se distribuía al salir de la
Asamblea, Turín estaba señalada como la ciudad que
presentaba una más hábil estrategia en el nuevo
movimiento clerical, máxime por medio de la
instrucción. Y se señalaba a don Bosco como el
máximo animador de esta obra conducida con tanto
éxito. <>.
He ahí una caricatura de don Bosco, a través de
la lente anticlerical de la época. Mas para
nosotros, hoy, esta deformación ((**It18.209**))
voluntaria encierra un testimonio indirecto de
cuán providencial y eficaz fue su obra
preservadora en Italia. Los enemigos de la Iglesia
lo sentían y se enfurecían; pero, como él se movía
dentro del ámbito de la ley, no podían hacer mucho
en su contra. Esta su deferencia a las
instituciones del Estado fue mal interpretada, en
algunas ocasiones, hasta por hombres bien
intencionados; pero él sabía muy bien el límite
1 Unit… Cattolica, 2 de octubre de 1886.
2 El opúsculo de diez paginitas sin pie de
imprenta, llevaba por título: Quid agendum?
(Advertencias al partido liberal).
3 Los liberales llamaban Papa negro al General
de los Jesuitas.
(**Es18.187**))
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